~Historia de un joven Corzo~

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En el momento en el que abrí los ojos di la bienvenida a la vida. El aire fresco inundó mis pulmones y me sentí más vivo que nunca, en aquella tierra de trigo donde me habían dado a luz sentía las ganas de vivir, las ganas de estar lleno de vida. Pero en aquel momento solo sentía una dependencia alguien, mi madre, necesitaba su protección para sobrevivir y su alimento, que cada día me daba.

Poco a poco comencé a entender que la vida iba a ser complicada, que había otras especies a las que debíamos temer. El miedo me inundaba cada vez que mi madre huía de mi lado para protegerme y no delatar mi presencia. Me limitaba a quedarme muy quieto, entre la maleza para no ser detectado. Era testigo de diferentes animales que pasaban a mi alrededor a lo largo del día, entre ellos algunos inofensivos como conejos, roedores, tejones o comadrejas. Pero había otros diferentes, otros a los que debía tener miedo. Tenían orejas puntiagudas y un rostro afilado acompañado de unos col millos tan punzantes como sus propias orejas. Sabia lo que tenía que hacer cuando ellos aparecían, y era quedarme quieto, muy quieto.

Aquellos animales feroces, eran zorros, lobos y perros. La base de mi supervivencia era no mover un musculo, solo así no me atacarían. Podía conseguirlo, y lo hice, aunque tuviera tanto miedo que el corazón se me fuera a salir del pecho pasé esa etapa de mi vida. Que sin duda fue la peor. No hay nada tan horrible como ser olfateado y movido por la criatura que puede acabar con tu vida en segundos.

Cuando empecé a caminar sentía inestabilidad en mis patas, eran débiles y finas pero con el tiempo se fueron fortaleciendo, tanto que podía llegar a correr tanto como mi madre. Burlar a aquellos animales que nos perseguían pero sin perder ante todo el instinto de supervivencia y sabiendo que cada salto podría ser el último. Solo en aquel momento, en el que nos encontrábamos a salvo daba gracias por estar vivo y poder disfrutar de nuevo del verde pasto, tan sabroso y palpable.

El calor del sol era siempre agradable, bien recibido. Me gustaba investigar cosas nuevas cada vez que mi madre me llevaba a distintos lugares. Los arboles, las plantas. Cada sitio estaba marcado por otra especie diferente y poco a poco comencé a entender a cuál debíamos temer y cuáles eran inofensivos.

Cuando olfateábamos un rastro de depredador evitábamos seguir por esa zona, cambiábamos de rumbo, todo dependía de lo intenso que fuese el olor y si indicaba que estaba cerca o no.

La primera vez que vi un humano sentí curiosidad. Era un ser extraño, alto como mi madre y amigable a simple vista, no como esos depredadores que nos perseguían. Se nos quedó mirando en la lejanía sin hacer movimientos bruscos y yo a él, era diferente y por eso tenía curiosidad en guardar su recuerdo en mi mente. Podía ser como el resto de animales con los que coincidía, conejos, liebres... Muchas veces pastando en el mismo prado. Pero mi madre le temía, tras dar dos golpes firmes al suelo, incómoda salió al galope indicándome que debíamos huir. Yo no la entendía. ¿Por qué si no nos había atacado? Era algo que su madre le transmitió a ella desde siempre y me lo inculcaba a mi. Huíamos sin ser perseguidos y sin razón, debía hacer todo lo que hacía mi madre para sobrevivir. Hasta llegué a pensar que tal vez los humanos no fuesen peligrosos y simplemente me sacaba de aquel lugar para que estuviera a salvo y protegerme a mi, pero yo quería investigar. Tenía ganas de hacerlo.

Cada día aprendía cosas nuevas, como esperar en la maleza del bosque antes de salir a un prado al descubierto. Debía analizar el lugar y comprobar que no hubiese depredadores cerca antes de dejarme ver. Era un proceso que poco a poco se me fue inculcando. Pronto empecé a ser un clon de mi madre en todos los sentidos, un doble en cuanto a actitud y comportamiento. Hasta nuestros patrones de limpieza se iniciaban al mismo tiempo. Empecé a perder curiosidad por el resto de animales y a centrarme en lo que era. En quien era. Olvidé todas mis ganas de aprender tanto que mi vida solo se basaba en comer, dormir y acicalarme.

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⏰ Última actualización: Mar 06, 2016 ⏰

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