Estabas llegando a tu casa la cual compartías con tu novio Carter. Te habías encontrado por el camino a un perrito solo y decidiste llevártelo a casa. Habías pasado antes por la tienda para comprar cosas que necesitarías para el cachorro. Entraste a la casa con él en brazos y viste a Carter en el sofá jugando con su consola. Dejastes las bolsas en la cocina y te pusiste al lado suyo, pero escondiendo al perro detrás tuya. -Carter.- Lo llamaste. -Dime babe.- Dijo él sin dejar de mirar a la pantalla. -Pero puedes mirame Carter.- Te quejaste, pero él continuaba sin mirarte. Entonces pusiste al perro en él sofá, él se acercó a Carter y empezó a chuparle la mano. Carter dio un salto que asusto al perro, he hizo que saliese corriendo y se escondiese detrás de ti. -¿Qué ha sido eso?- Preguntó. -Un perro.- Dijiste y levantó la ceja.- Resulta que de camino aquí me lo he encontrado y estaba solito. Y no quería dejarlo ahí.- Terminaste con un puchero. -Pero que buena persona eres, mi niña.- Dijo y se levantó a darte un beso, pero un ladrido lo hizo pararse. Se agachó y le dijo al perro: -Es mía y si quiero le doy un beso así que no me ladres eh.- Dijo señalando al perro. Tú te reiste. -Anda ven aquí tonto.- Le cogiste de las mejillas y lo besaste. Os separastéis y decisdiste ir a la cocina a ponerle comida. -Ven bebé.- Llamaste al perro. -Voy.- Dijo Carter. Tú te reiste. -Carter, era al perro pero si quieres venir también. -¿Le has llamado bebé al perro?- Preguntó indignado. -Claro, pero tu los has visto si es un bebito.- Dijiste cogiéndolo en brazos. -Habrá que buscarle un nombre, no sé va a llamar bebé porque bebé soy yo ?¿okey?- Dijo poniendo morritos. -Vale.- Dijiste y besaste sus labios.
Fuiste a la cocina y le pusiste comida. Lo estabas mirando mientras comía y sentiste que unos brazos te rodeaban y que te daban un beso en la mejilla. -Creo que serás buena madre de nuestros hijos.- Dijo haciéndote sonreír tiernamente. Una vez que el perro terminó de comer se acercó a vosotros y ladró. Cogiste a Carter de la mano y te lo llevaste a sofá, mientras que el cachorro os seguía. Os sentasteis en el sofá. El perro intentó subir, pero no pudo y ladró.
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Tu lo cogiste y lo subiste poniéndolo en tu regazo. Carter pasó su brazo por tus hombros y tu apoyaste tu cabeza en su pecho, acariciando al cachorro. -Carter.- Llamaste a tu chico. -Dime amor.- Te beso la sien. -Nos lo podemos quedar.- Al decir eso el perro levanto la cabeza y os miró. Eso os hizo reír. -Parece que él quiere quedarse.- Miraste a Carter haciendo un puchero. -Pero nena seguro que quieres que nos lo quedemos.- Te preguntó. -Sí, sí quiero.- Te pusiste un poco triste por como te lo habías encontrado. -Eh nena, no te pongas triste. ¿Qué te pasa, bebé?- Te cogió de las mejillas y te miro. -Es que lo encontré solito y estaba asustado. Sabes que no me gusta ver a nadie sufrir y mucho menos un pobre animalito.- dijiste. Carter suspiró y se quedó pensando un poco. -Si nos lo quedamos...-lo interrumpiste con un grito y lo abrazaste.-Espera no he terminado. Si no lo quedamos, prometeme que no le llamaras bebé. Yo soy bebé y el perro no, ponle otro nombre pero no lo llames bebé.- Dijo haciendo un puchero. Te reiste y le diste un beso. -Te amo.- Le dijiste. -Yo más.- Te dio un beso en la frente-¿Y qué nombre le vas a poner?-Te pregunto. -Pues no se. ¿Te gusta Moon?- Preguntaste. -Me encanta, amor. Espero que le pongas nombre así de bonito a nuestros hijos.- Dijo y te hizo sonrojar. -Gracias por aparecer en mi vida Cartah.- Le dijiste y besaste sus labios. -No, amor. Gracias a ti, sin ti no sé lo que habría sido de mi.- Dijo él y beso tú frente.
