MAMUSHKA III

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Al igual que mi abuelo, mi mujer me dejó. No, ella no murió... sólo se fue de mi lado. Ella era deslumbrante, una persona con una belleza que la convertía en una persona sumamente interesante. Era única, como la muñequita rusa que heredé del abuelo.
Cuando me dejó sufrí mucho, la quería más de lo que imaginaba.

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