En el cementerio...

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Desiré y su madre recorrieron a pie el largo camino al cementerio para llevar flores a los abuelos. Estaban cansadas de tanto caminar, así que se quedaron un rato junto a la tumba reponiendo fuerzas. Como su madre se quedó medio dormida, ella se puso a jugar.

¡Tuvo suerte! Había un niño por allí. «Hola. ¿Cómo te llamas?». «Pablo Donoso, ¿quieres jugar?», le dijo el niño. ¡Y estuvieron un par de horas juntos! Cuando Desi escuchó la llamada de su madre, se despidió del niño y regresó con ella. «Nos vamos a casa, hija».

Y se dirigieron a la puerta. Pero en el trayecto, a Desi le dio un vuelco el corazón. En una lápida ponía: «Que Dios bendiga a Pablo Donoso, fallecido el 6 de abril de 1915». ¿Era el niño con el que había jugado antes?

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