Capítulo 4

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- ¿Nick? –noté que estaba abrazado a mi cintura
- Judy... Ya no digas nada y duerme –se abrazó más a mis caderas
- Oye... ¿Dónde está Oreo?
- De seguro está dormida –se levantó y talló sus ojos

*Narra Nick*

Anoche... Judy me lastimó... Después de un rato, vino a mi cuarto, charlamos y nos quedamos dormidos... Pero fue horrible, me rechazó de una manera que...

¿Oreo?, Quizás tenga una oportunidad con ella

- ¿Vas a ir a verla?
- Sí... Siento muy dentro de mí que algo malo le pasó –salió del cuarto


Uh... Judy, que a veces llegas a ser muy curiosa.
La seguí. La cocina estaba normal, EXCEPTO, porque, estaba una bolsa de tacos abierta y a medio terminar

- Al menos hubiera limpiado –Judy miró con asco
- Esta chica es medio... Descuidada –tomé la bolsa y me dirigí al bote de basura
- Voy a revisar si está en su cuarto –caminó al cuarto

Iba a estar a punto de tirarla... Vi la servilleta, tenía algo escrito ya que se traslucía... La tomé, estaba llena con grasa de tacos...

- ... ¡Judy!, ¡Zanahorias!
- No está en su cuarto y... -miró la nota- ¿Qué es eso?
- A Oreo... La han secuestrado
- ¡Un caso! –Se colocó su traje de policía- Hora de investigar
- Me siento... -me toqué la cabeza

Estaba mareado, con ascos... ¿Embarazado?, De donde Nick... Bueno, ya en serio... Tenía ganas de vomitar y tenía un grave dolor de cabeza

- ¿Nick? –Judy me tomó de la mano
- Me siento fatal –estaba sudando, en exceso
- Esto... ¡Tómate un baño helado!
- ¡Quiero buscar a Oreo!

Eso molestó a Judy, lo noté en sus ojos... Esos ojos violeta...

- Iré yo, estás enfermo, te quedarás –sacó una bolsa de hielo y la puso en mi cabeza, fue difícil, pero me acostó en la cama de mi cuarto
- No irás sola
- Sí, lo haré

Oreo... Me desesperaba más, de alguna u otra manera, me dolía, en todo el cuerpo, me dolía de manera infernal...

(...)

- ¿Nick? –Escuché una voz, ¡Zanahorias!
- ¿Zanahorias? –Intenté levantarme
- ¡Tengo a Oreo! –Entraron al cuarto

Oreo, estaba con una venda en su ojo izquierdo, en su ojo violeta, y estaba pálida

- ¡Oreo! –La tomé y la abracé, comencé a llorar
- Ya no llores... Que estoy bien –acarició mi espalda
- Me puse de la patada
- Si me dijo Judy... Pero estoy bien, sólo quiero comer, descansa –se levantó y salió con Judy

Estaba mejorando, ya no me sentía asfixiado, estaba dejando de sudar, sí, como un puerco.
Oreo estaba bien, Judy no sufrió heridas y yo estaba mejorando...
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