Arte Bohemio [Kim Namjoon]

Parte Única

Hacia frío, las nubes grises anunciaban la obvia lluvia que caería sobre la ciudad, el mar comenzaba a crecer, y un despreocupado Namjoon lo miraba, embelesado, se sentía identificado con la marea, cuando había sol, estaba calmo, nada malo ocurría, pero en cuanto la oscuridad se hacía visible y la tormenta se avecinaba, se enfurecía y salía de sus cabales.

Sonrió, sonrió por lo mal que se sentía, porque no podía hacer nada más que eso, sonreír, frente a todo y todos, nadie debía saber que en ese momento se encontraba mal ¿qué dirían los medios de él? Ya se lo imaginaba.

"Idol K-Pop se suicida tirándose al mar, aún no se saben los motivos"

Jamás los sabrían, pero el deseaba estar bien, sus amigos lo habían notado más alejado, distante y decaído, se habían preocupado, por supuesto, pero él no deseaba ser molestia para ninguno, ya bastante tenía cada uno con su propia mierda, el debía hacer lo mismo y salir a flote sólo.

Suspiró, metió las manos en los bolsillos, y cabizbajo comenzó a caminar. Iba ensimismado en su mundo, pensando en todo lo que había hecho mal a lo largo de su vida, llegó a la conclusión de que toda su vida había sido un error tras otro, ya casi nada lo hacía feliz, por no decir nada, no sonreía con nadie ni con nada, las emociones no eran parte de él, había llegado a la conclusión de que estaba vacío, que era un envase queriendo ser llenado de miles de sentimientos y emociones, de altos y bajos, quería sentir y ser feliz una vez más.

Sabía que no era el más atractivo de su grupo de amigos, que no tenía la mejor voz, el mejor cuerpo, la mejor sonrisa o si quiera un lindo pelo, creía no tener nada por lo cual gustar a alguien, que aquellas palabras de apoyo que recibía de sus fans, no eran más que mera cortesía y fachada para evitar que se sintiese mal. Siempre fue normal para él pensar de aquella forma, sentirse inutil y odiado era parte de su día a día, y él lo transformaba en arte en cuanto tomaba lápiz y papel.

Siguió caminando por la costanera, hasta ya no saber dónde estaba, levantó sus ojos y vio algo que lo hacía sentirse identificado.

Era una chica, quizás de su edad o un par de años más joven, estaba mirando al mar, mientras hileras de lágrimas silenciosas corrían por su mejillas, las manos entrelazadas sobre el barandal, no hacía ningún ruido, ningún movimiento brusco, tan sólo miraba el mar. Algunos mechones de colores tapaban un poco sus ojos, y en algún momento inesperado, una brisa de viento traviesa se los había corrido hacia atrás, dejando sentir a Namjoon algo que jamás creyó sentir por algo o alguien.

La lluvia ya había comenzado a caer, despacio, dando lugar al sonido sordo de las gotas chocar contra el suelo y desaparecer.

La chica noto su presencia mirando por el rabillo de su ojo izquierdo, con la mano de ese mismo lado, puso uno de sus rebeldes mechones cortos detrás de su oreja y lo miró, secó lentamente sus lágrimas y le sonrió.

Una sonrisa como aquella haría revolotear mariposas en el estómago de cualquiera, y Namjoon no fue la excepción, se quedó paralizado, admirando aquella obra de arte viviente, arte en movimiento, arte que expresaba y transmitía miles de cosas, jamás había sentido nada así antes.

Le devolvió la sonrisa y se acercó a ella, de uno de sus bolsillos saco un pañuelo de tela y se lo ofreció, algo cabilante la muchacha lo aceptó y seco de mejor manera su rostro. Volvió a sonreír.

-Hola-Musitó el embelesado muchacho- Eres... Bohemia.- Se había quedado nuevamente paralizado, no sabía que decir, y sólo dijo lo que primero pensó en cuanto la vió.

-Es lo más romántico que me pudieron haber dicho jamás-Rio por lo bajo, algo avergonzada.-Tu eres... Arte.

Namjoon conoció lo que era el amor a primera vista, Namjoon conoció lo que era el amor por primera vez, se regocijo en el placer y calidez que le transmitía la voz de aquella chica, y sintió, por primera vez en sus 21 años de vida, ganas de amar y ser amado, ganas de vivir y entregarse por completo.