"De caminó a casa"

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La humedad de la ciudad, el frío y la oscuridad. La compañía que tenía al salir del instituto, la rutina de cada día, era salir, caminar por la carretera, pasar por un túnel que daba al otro lado de ella, hacía el edificio en el que vivo, desgraciadamente, lo que más disfrutaba es mi soledad, no tengo amigos ni amigas, mejor así, no necesito de personas que sólo se preocupan por obtener cosas sin entregar nada, ver quién tiene la mejor y quien es el mejor. Aveces pensaran que soy rara, y lo soy, mi mente y pensamientos son muy diferentes a los demás. Oscuros y retorcidos.

Soy Keytlin Brocks, una chica común, sólo para mi más bien, sin necesidad de vestir a la moda, maquillaje, ni todas esas cosas que usan las chicas de mi edad, mi ropa es normal. Tengo 18 años, con unos padres de los más horrendos y despreciables, no tengo hermanos, soy hija única y que bien, no soportaría a más personas cerca de mi.

Entro a la pequeña recepción, para recoger la correspondencia, mi tía que es lo que sentiría algo así como aprecio, Corin, tiene una forma de pensar casi a la mía. Me ha dejado una casa que ya no necesitaba, porque yo si, no aguantó vivir con mis padres. Mi madre una mesera que se pasa todo día sirviendo a mi padre, un bastardo borracho y fumador. Cabron.

La casa que me han dejado esta a las afuera de la cuidad, muy cerca de Paradice un lugar, que para una persona normal, no estaría ni se cruzaría por allí, pero para mi el lugar perfecto para vivir. Alejado, sin ningún habitante o por lo que yo se, oscuro y silencios, excepto por las noches.
Cada día, para la ciudad hay un toqué de queda. Se permite a los habitantes de aquí de 6:00 am a 10:00 para regresar a casa, después de ese horario se desata todo, que ni en tus más tenebrosas pesadillas podrás imaginas ni querrás recordar.

Es lo bueno de regresar a la casa, que mi madre esta en la cocina, y mi padre ebrio en el sofá, ni siquiera cruzó palabras con ellos o sólo monosílabas, me dirijo hacia mi cuarto, al final del pasillo, lo que me encanta se mi cuarto, es negro, fotografías, música y cuándo no, nada entra y nada sale, ni se escucha, como me gusta no saber de nada y nadie.

Ya que he recibido la carta de mi tía, diciendo que esta libre, empiezo a meter mis pertenencias en cajas, para llevarla hacia allá, mis padres o mejor dicho mi madre sabe que me iré. Para ella es cómo un peso menos, para mi no, tengo beca y un trabajo o algo así diría yo. No me preocupó por el dinero, no es que me sobre, pero tampoco me falta.

Finalmente terminó de empacar lo suficiente, para mañana seguir con el resto, me tumbo a mi cama, para la misma rutina de mañana, y después de camino a casa.......

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⏰ Última actualización: Mar 12, 2016 ⏰

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