Y no pude ser tan estúpida, pero no llegue a tiempo.
No llegue a darme cuenta, que yo sola fui la que puso
el arma en mi cabeza y la que te amo aún así sabiendo
que se hacía daño. Yo sola fui la que puso el arma en mi cabeza
pero cariño, tú eras el que sostenía esa arma.
Vos elegías. Porque vos con un solo toque, me controlabas.