Quiero Morirme En Ti.

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Mago de oz- Quiero morirme en ti.

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En el hogar del matrimonio Fuentes, se encontraban los dos chicos envueltos en una fuerte discusión sobre el divorcio recién anunciado.
El ojiazul se negaba a aceptar que su esposo, su primer y último amor, quería dejarlo como si no importara nada.

— Vamos, amor, ¿por qué? Te amo, Victor —. Suplicó una vez más, dejando sus sollozos al aire.

El castaño lo observó, tratando con ello de expresar total desprecio para que así su esposo lo entendiera y lo dejara en paz. Falló terriblemente. No podía, él aún lo amaba como el primer día. No quería dejarlo, pero por el bien de ambos, él tenía que hacerlo.

Su anterior compromiso le trajo problemas y, hasta la fecha, lo seguía haciendo.
Ella lo había amenazado. Si él quería mantener a su amado sano y salvo, entonces tenía que dejarlo.

Lo que Vic no tomo en cuenta, es que para el pelinegro; todo de él le pertenecía. Se suponía que era lo mismo para ambos.
Victor era su vida y sin el castaño no veía un futuro lejano.
Nunca supó en qué momento fue que comenzó a depender tanto de él, pero lo hizo y en estos momentos odiaba tanto eso. Odiaba ver cómo lo dejaba sin importarle sus súplicas. Odiaba como lo fulminaba con la mirada cada que lo llamaba y le decía; "te amo'. Y por sobretodo, odiaba el hecho de que esto estaba sucediendo y él todavía no tenia una explicación para comprenderlo.

— Nos vemos con el juez amo... Kellin.

Corrigiendose rapidamente, y sin otra cosa que decir, salió de su ahora antiguo hogar con sus pertenencias en manos.

Lo único que pasaba por sus pensamientos era la imagen tan dolorosa de su lindo chico, con lágrimas en sus mejillas y más desbordando de sus hermosos ojos.

— ¿En qué momento deje que te metieras entre nosotros? —. Susurró para si mismo, en  la soledad de su auto.

Por otro lado, el menor se encontraba en su habitación, llorando y tendido sobre la cama.
Rodeaba y apretaba contra su pecho un retrato en el que todo parecía estar bien, capturando uno de muchos buenos momentos que él y el castaño compartieron.

— ¿Por qué, Vic? ¿No soy suficiente, cierto? —. Gimió dolorosamente.

Observó con enojo el cuadro que llevaba entre sus manos,  lanzandolo lejos y  provocando que la habitación se sumiera en un estruendo, acausa de los pedazos de vidrios que se esparcieron en ella.
Se acercó lentamente al lugar donde había caído la fotografía y comenzó a trozarla con furia frente a sus ojos.

— Tú dijiste que me amabas, Vic... ¿¡Esto es tu jodido amor!?, ¿¡Es esto!? —. Gritó.

Comenzaba a recordar todas las cosas hermosas que Vic hizo por él. Las promesas que ahora estaban rotas.
Esos sólo siendo más motivos para cuestionarse el porqué de su repentino cambio, ¿o es que acaso el amor se va de la noche a la mañana? No lo creo.

Nunca nadie había logrado separarlos, por más que intentaran interponerse en su camino. Nada funcionaba. Ellos se tenían una gran confianza, y es por eso que la única forma para que ellos se alejaran era hasta que la muerte lo hiciera; justo como lo habían jurado en el altar.

Entonces sólo uno mantendría ese juramento.

No dudo en ningun momento ante aquel pensamiento. Tampoco lo hizo para tomar su celular y en él mandar un mensaje de texto al castaño.  Tecleó y después presionó en piloto automatico el enviar.

— Lo siento, Vic —. Habló mientras tomaba temblorosamente el arma que tenía escondida en su cajón, esa que era extricta, y unicamente, para emergencias. Como Vic se lo había recalcado.

Entre sollozos y recuerdos de él y todos sus seres queridos... El pelinegro apretó el gatillo y así todo se dio por terminado.

El mayor recibió el mensaje enmedio de su recorrido.
Al verlo, volvió a toda prisa y casi poniendo en riesgo su propia vida.
La angustia se apoderaba de cada parte de su ser.

Desbloqueó la puerta principal y corrió a toda prisa hasta la segunda planta.
Temeroso, abrió la puerta en la habitación y observó dentro.

Ahí estaba él.

El chico que le alegraba sus mañanas, sus tardes y sus noches. Con el que compartió momentos realmente felices.

Tendido en el suelo y diciendo adiós a su vida.

Se acercó y lo acunó entre sus brazos. Consideró llamar a una ambulancia, pero era completamente tarde. No tenía caso, él  se había ido.

Tomó el arma que minutos antes Kellin habia tenido en su mano. La observó, lágrimas se arrastraban por sus mejillas, tibias y sin la intención de detenerse.

Unos segundos después, sacó su celular para que en la pantalla apareciera el antes mencionado mensaje.
Lo vio y leyó un par de veces, tratando con ello de rescatar lo último que tenia de su pelinegro.

— Hasta que la muerte nos separe, Kells... —. Susurró titubeante.
 
Tembloroso, colocó el arma a un costado de su cabeza y lo siguiente sólo fue el estruendo de la bala y él derrumbándose junto a su esposo.

Nuevo Mensaje: Kells.

¿Hasta que la muerte nos separe?




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esto me hizo muy feliz, no es el #1, pero para mi es demasiado ese puesto 💛

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💛💛💛💛💛

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Quiero Morirme En Ti. [Kellic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora