-¡El sujeto número 42 ha sobrevivido a las pruebas X-254! ¡Está preparada!-gritó un hombre tras hallarme en la esquina de la habitación tirada, asustada, cansada, temblorosa..., después de todas las mierdas que me hicieron en este lugar.
Empezó a acercarse a mi y me apegué aun más a la esquina, desesperada. Junté mis piernas con mi pecho, escondiendo mi cabeza en estas, y las rodeé con mis brazos fuertemente, buscando protección.
-Esto es lo último pequeña, te lo prometo-dijo el hombre vestido de negro intentando transmitir confianza, cosa que ninguno aquí hacía.
-¡Eso mismo dijisteis en todas las anteriores! ¡No!-grité con rabia y me levantó con un brazo, haciendome bastante daño y, con el otro, tapó mi boca con una especie de gasa humedecida.
Lo único que recuerdo después es que me quedé adormilada, sin poder mover ninguno de mis músculos, y que me cargaron en una camilla.
Veía todo borroso, tan borroso que hería mis ojos. Mis parpados pesaban pero intentaba mantenerlos abiertos. Escuchaba voces que cada vez se iban alejando más, por lo que no podía escuchar claramente que decían.
De repente, todo 'paró'. Todo era blanco. Todo era silencio.
-¡Adelante!-fue lo último que escuché tras caer en un profundo sueño, del cual, hubiera preferido nunca despertar.