Un sol inesperado

Llegando

Me fui a una tienda de ropa esa misma tarde para poder verme bien, quería ver que fuera seguro dar una buena primera impresión sin tener que gastar mucho ya que no podía darme el lujo de gastar demasiado dinero en pura ropa para así poder darle un pequeño detalle. Nadie de la escuela sabía donde vivía, incluso sus mejores amigas y no es porque lo anduviera preguntando sino porque se comentaba de vez en cuando a sus espaldas por parte de todos, ella decía muchas veces que no había razón para darle importancia pero la mayoría seguían insistiendo, pensaban que vivía en un barrio muy desolado y que por eso no quería decir donde vivía. Yo con solo la dirección sabia que eso no era cierto, pero eso me dejaba con la duda de entonces que ocultaba que los demás no debían ver ni por error, podría ser hasta por modestia pero creer lo ultimo daba a entender que no iría a una escuela publica por nada. Traté de no cuestionarme tanto, lo importante era que yo era el único que sabía su dirección y si nadie más lo sabía era por 2 irrefutables razones: 1, era especial para ella y 2, tenía la responsabilidad de tener que mantenerlo en secreto. Terminando de comprar la ropa que se veía mejor y que sin ver la marca parecería de diseñador (solo gaste $157 por toda la muda sin interior) fui por mi bicicleta y la limpié aunque apenas era martes y la vería hasta el jueves. Quería que fuera perfecto, pero tampoco pasando a lo irreal yendo en automóvil porque no tenía uno. Al día siguiente le dije a Miss Carol que la vería en su casa, por lo tanto, no era necesario asignarme otra pareja. Lo malo fue que alguien  escucho y corrió el rumor en los siguientes 2 días de que era el único que sabía donde vivía de toda la escuela pero no le dieron mucha importancia a excepción de sus amigas quienes estaban intrigadas de esto y no perdían oportunidad de preguntarme donde era su casa una y otra  otra vez al punto de molestarme en cada una de mis clases descontando arte que no tenía que haber ninguna de ellas para mi suerte. Yo empecé a volverme relevante para la micro-sociedad escolar, muy poco pero algo que no es exactamente lo esperado, a parte de sus amigas descubrí el gran número de personas que querían ser su novio y había fracasado en el intento quedando o totalmente excluidos de su vida o quedando en la friend zone  de ella de manera indefinida por haberle pedido ser su novio demasiado pronto (a los 5 días de conocerla el mínimo) o demasiado tarde (después de 8 años el máximo). Seguí en las clases lo mas normal posible hasta el jueves que regresando me arregle lo mas posible y fui en mi bicicleta (obviamente limpia ya que me había ido caminando los 3 días en la escuela) lo mas rápido que pude pues la colonia Verdaguer estaba lejos de ser algo fácil de acceder a bici ya que tenía que rodear casi toda la colonia para poder estar siquiera cerca del principio de la calle Dante  que solo tenia una sola entrada y hubiera pasado por callejón de no ser porque tenía una longitud increíble sin ninguna intersección ademas de ser privada, al llegar al número 31 me sorprendió que había dos casas en lugar de una, con sección A y B, toque en la #31A que era una casa bastante espaciosa color café que tenia una cochera de madera de roble con pequeñas ventanas y grandes ventanales en la parte superior con una gran puerta que no estaba adornada en lo absoluto sino solo un tapete sin ninguna frase de "Bienvenido" o de "Pase" pero no daba la impresión de que alguien quisiera que no se entrara en esa casa por nada del mundo, el patio estaba apenas cuidado por 2 aspersores, no había ninguna planta, la casa era de piedra en si y estaba cubierta por una pintura un poco grisácea que daría la impresión de no existir de no ser porque se empezaba a descarapelar del lado derecho a causa, probablemente, de alguna fuga de agua en el segundo piso y había persianas hasta abajo tipo estadounidense cerradas hacía arriba, pero lo único que me llamo la atención antes de todo eso fue el gran vitral que tenía en el ventanal encima de la puerta de la cochera, era de una pareja que se veía mutuamente con vidrios rojos alrededor formando un corazón alrededor. La sección B era más acogedora y mucho menos descuidada, era una casa azul y morada de colores opacos pero bien cuidada, el césped y las flores en la entrada irradiaban vitalidad por no decir algo más que eso, la cochera cuidada y recién pintada pero el vitral también me desconcertó, era algo parecido a un escudo de armas y por los colores era de militares importantes que no coincidían con la casa, pensé en una primera instancia que se habían cambiado de lugar los vitrales al construir las casas al mismo tiempo pero ya habría reclamado de menos uno de ellos.

Toque el timbre de la sección B por naturaleza de el menos hostil y me abrió por supuesto sol con una sonrisa que daba mucho que desear porque parecía más forzada que natural, no dije nada al respecto porque podría ser yo el causante de la inconformidad de eso.

--Pasa--

No pude creer que me dijera esto antes de saludarme y no por una falta de cortesía sino por el simple hecho de que siempre saludaba con su característico "Hola" o "Buenos días" antes de cualquier cosa, incluso lo decía para despedirse o cuando se cruzaba a la salida con alguna de sus amigas. Pasé casi forzado pero intente que no se notara que me sentía incómodo. Subí las escaleras para su habitación mientras oía un par de gritos desde la cocina. Eran gritos fuertes y constantes que parecían luchar entre sí para ganar, al menos, en volumen. Por mi mente paso la idea de porque no invitaba nadie a su casa y era más que obvia. Entonces decidí no mencionar por lo absoluto el tema.