El chico teñido se veía en el espejo, intentaba arreglar su rizado cabello pero se le estaba haciendo imposible, escucho un gruñido, era su novio qué seguramente lo estaba buscando en la cama y al no encontrarlo se levantó.
-¿A donde vas? - Pregunto el castaño.
-Con Jos, me llamo hace unos minutos, tenemos trabajo. - Respondió Freddy, tomo el arma qué descansaba sobre aquel mueble negro donde guardaban papeles o cosas importantes, la acomodó en su pantalón y la cubrió, justo como siempre lo hacía.
-¿No pensabas decírmelo? -Bryan estaba enojado, tal vez un poco o muy enojado.
-Te iba a llamar cuando despertaras. - Dijo el rizado, calmado, justo como lo era siempre. Escucho cómo su novio soltaba gruñidos, se había enojado.
- Eres un desconsiderado gran hijo de puta. -Se tiró de nuevo en la cama tomando una almohada cubriendo su rostro qué ahora se encontraba rojo por el enojo qué invadía su cuerpo. Últimamente estaba muy sensible.
Freddy soltó un suspiro y se sentó en el borde de la cama ¿que estaba mal? Se preguntó. Coloco una de sus manos sobre el muslo de Bryan acariciando esta zona.
-Bebé ¿que pasa? -Pronunció dulcemente, un bufido del castaño se escuchó en la habitación.
-No me llames bebé, estoy enojado. -Freddy se recostó completamente en la cama, abrazando a Bryan por la cintura.
-Tu amas qué te diga bebé, aun que estés enojado. - Con la mano que tenía libre quitó la almohada qué tenia el castaño sobre su rostro y este se quejo.
-Me jode qué hagas eso. - En la voz del castaño se reflejaba tristeza.
-¿Hacer qué? -El teñido aveces podía ser tan torpe y no captar las cosas rápido.
-Qué te vayas sin avisarme, que solamente dejes una nota, me envíes un texto o me llames, me jode qué te vayas sin despedirte de mi sabiendo que algún día puede qué ya no regreses. -La voz del castaño se comenzó a quebrar al pronuncia todas aquellas palabras y Freddy no supo que decir.
-Tengo miedo, miedo a que no vuelvas, miedo a que me dejes. -Bryan no lloraba por muchas cosas, era raro cuando lo hacía por esa razón Freddy se sentía culpable y mucho, el no quería hacer sufrir a Bryan.
-Yo...siempre estaré aquí para ti, siempre voy a volver Bryan. -El castaño abrazo fuertemente el cuerpo de su delgado novio, no quería que le pasara nada, el miedo invadía su cuerpo cada día de su vida temiendo por que algo le pasará.
-Bry... -El rizado acariciaba tiernamente la espalda del castaño.
-Estoy bien, no hay problema.-Freddy asintió y soltó un suspiro, no le daría más vueltas al asunto por que sabía que Bryan necesitaba estar solo, para pensar las cosas mejor. Con sus delgadas manos acuno el rostro del castaño y beso sus labios con necesidad y sin duda Bryan respondió aquella maravillosa carisia.
-No salgas de casa ¿vale? -El rizado rozaba su nariz con la de su novio. Este asintió a la orden que le daba Freddy, Bryan unió sus labios con los del teñido, este besaba con fuerza y dulzura a su novio acariciando con sus manos muy cerca de su entre pierna, Bryan soltó un gemido.
-Ya v...e co...n Jos. - El beso había dejado al castaño algo exitado pero no quería que subiera de tono, no ahora.
-Te amo bebé. - Dijo Freddy con dulzura.
-Te amo más Freddy. -Dicho esto el rizado salió de la habitación dejando al castaño solo. La cabeza del mayor daba vueltas, hace semanas su actitud había cambiado, era más sensible, le tenía miedo a todo y eso no le gustaba para nada, el quería ser el chico frío qué no le importaba lo que sucediera con mundo, que ni siquiera le importaba lo que a él le pasaba.