Prólogo

136 10 0
                                    

Una pequeña niña de diez años, caminaba por el sendero, del cementerio, con una ramo de flores blancas.

Cuando llego a su destino, la niña dejo las flores al lado de las más grandes.

-Emily, ¿por qué me dejaste?- pregunto la niña, a la tumba que estaba frente a ella.

-Mamá y papá, estan llorando- dijo otra vez la niña.

-Dicen que no volveras- dijo la niña, mientras lagrimas caian por sus mejillas.

-¿Quien les dira a las niñas mas grandes que no me molesten? Tengo miedo, Emily.

La mamá de la niña, la tomo de la mano y la llevo al auto, junto con su otra hermana.

La mamá, lloraba, al igual que el papá, mientras conducian hacia casa.

Al llegar, la pequeña niña, entro en la habitacion de Emily, y encontro su diario.

17 de junio, 2007

Querido Diario:
Como sabras, tengo Cancer. Los doctores dicen que ya no tengo salvacion, solo me quedan tres meses de vida. Lo siento mucho, no por mi sino por mi hermanita. Como te eh contado anteriormente, a ella las niñas más grandes, le dicen "gorda" "fea" y muchos otros sobrenombres, solo por que esta algo mas rellenita, y ellas son unos palos andantes. Bueno, Amy no cuidara de May. Amy, es mas independiente, y no lo digo porque ella tenga quince años, yo tengo diecinueve y a esa edad, era igual a ella. Pero Amy, no demuestras cariño hacia May. Amy, incluso tambien la humilla, cuando estan solas. Es por eso que me siento mal, no por el hecho del cancer, sino por el hecho de dejar sola a mi hermanita May.
Nuestros padres, brillan por su ausencia, siempre trabajando.
Es por eso May, se que leeras esto, por eso te digo:
Se fuerte hermanita, tienes que serlo, aunque me vaya, siempre estare cuidandote. Te quiero como no tienes idea, adiós May.
PD: May, no dejes que Amy, o mamá o quien sea lea este diario. Solo tú, aún quedan muchas hojas en blanco, escribe cada vez que te sientas mal, y asi sera como si me lo estuvieras contando a mi. Adiós May.

Esa pagina, era exactamente tres meses y medio antes. May, apreto el diario contra su pecho y se fue a su habitación.

Abrio el diario en su primera pagina en blanco... pero no escribio.

-El diario, es de Emily, yo no escribire un diario, escribire notas....

Y ahí, comenzó todo.

Querida EmilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora