Parte 2

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Kim Kibum picaba verduras afanosamente a toda velocidad, pues tenía demasiada energía que necesitaba canalizar.

Escuchaba cómo Jonghyun y Minho conversaban tranquilamente, mientras veían televisión.

Y a la vez, podía oír con desagrado, las voces de quienes se encontraban en la habitación de al lado jugando cartas. Podía percibir perfectamente los suspiros desesperanzados de Taemin, que al parecer, estaba perdiendo el juego; y a la vez, enterarse demasiado bien para su gusto, de las exclamaciones de júbilo de Jinki, al estar ganando.

Todo estaba muy normal. Todos hacían lo de siempre y él cocinaba porque había perdido una apuesta; de esas que también eran muy normales entre ellos. Nadie que los viera, diría que se estaban comportando de una forma diferente. Nadie sabía que ya no todo era igual, excepto por ellos. Y al pensar en ello nuevamente, falló Kibum con la dirección del cuchillo, dando así, inevitablemente con la punta de su dedo.

—Mierda—se quejó bajito.

Estaba demasiado inserto en sus resentidos pensamientos, como para hacer un escándalo por un pequeño accidente doméstico. Y para su mayor desgracia, oyó a lo lejos un "No es justo, hyung", precedido de una risa más grave y un "voy a la cocina por unos refrescos" que no dejó de inquietarle.

Kibum, metió su dedo sangrante bajo el chorro de agua, y le dio la espalda a la puerta, por la cual, segundos más tarde entró Lee Jinki.

Y no fue más que un momento incómodo de principio a fin.

Jinki murmuró un "permiso" casi de manera inaudible cuando se percató que el otro se encontraba en el mismo lugar que él.

Ya casi no tenían contacto; Jinki lo ignoraba. No estaban juntos en una habitación, a menos de ser eso, absolutamente indispensable e inevitable, y cuando eso sucedía, Jinki siempre encontraba una forma de escabullirse rápidamente.

Lo que ya no existía, por ningún motivo, era el contacto visual. El mayor había hecho un trabajo tan preciso en ese aspecto, que ahora Kibum, hasta el facilitaba las cosas.

Prefería evadirlo, para destensar los ambientes. Por esa razón, le daba la espalda en ese momento. Si el otro no quería mirarlo, pues él, no tenía motivos para querer lo contrario.

Pero su cuerpo, sin que él pudiera hacer algo por impedirlo, sí le daba motivos. Motivos mudos, los cuales no podría distinguir si no los sintiera. Los sentía fuerte, punzantes, como una aguja pinchándole la oreja.

Se guió entonces, a enfrentarse a ese estúpido que ya no le dirigía la palabra. Pero, cuando su mirada se plantó en el refrigerador, Lee Jinki ya no estaba.

Sin entender por qué, si Kibum en ese momento hubiese podido tomar toda la vajilla y romperla; lo habría hecho. Y gustoso, con toda su fuerza.

Porque algo no estaba para nada bien.



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"Tonto, estúpido, idiota. Poco profesional, poco profesional, poco profesional." Movía sus ojos con desesperación, mirando hacia el reloj que se encontraba en su muñeca.

Su mano, por su parte, se movía presurosa y ágil firmando una y otra vez cada uno de los papeles que las fans le entregaban. Ya casi no sabía lo que hacía, lo que le decía o si quiera, dónde estaba.

{SHINee} Porque así esDonde viven las historias. Descúbrelo ahora