Al llegar al parque no había mucha gente, parecía mas un desierto, pero aun asi baje mi caja y empecé a sacar todo, mi tripie lo deje a un lado, los cuadros los iba acomodando en el suelo dejando más a la vista mis dos cuadros importantes, puse mi tripie estable, coloque mi cuaderno y antes de que empezara a pintar una señora llegó.
-Buenas tardes, ¿cuanto cuestan sus cuadros?- era una señora de almenos 40 años, su cabello era oscuro y traía un vestido rojo, muy formal.
-Dependiendo el que le agrade- dije señalando los cuadros.
-Es que lo quiero para mi hija- revisaba con la vista cada cuadro.
-Si no es indiscreción, ¿cuantos años tiene su hija- le pregunté para saber masomenos que le gustaría.
-Tiene 20 años.
-¿Le gusta algo en particular?- mientras la señora pensaba yo sacaba una libreta en donde suelo hacer mis borradores.
-Pues... Las flores- no se mostraba muy segura.
-Bueno, en estos cuadros no tengo flores, pero si tiene tiempo, puedo dibujar una rosa- su rostro mostro un poco de alegría, pero seguía sin estar segura.
-Es que, tengo que ir a trabajar y la verdad no tengo tiempo.
-¿Sale muy tarde de su trabajo?
-A las 4:00 tengo un descanso hasta las 5:00 y salgo hasta las 9:00 o 10:00.
-Pues si quiere le puedo dibujar la rosa y más tarde pasa por ella porque yo no voy a estar tan tarde.
-Si, esta bien- ahora si se notaba conforme.
Se fue y puse manos a la obra, primero -como siempre- la dibujé a lápiz, para ser la primera rosa que dibujo no me salió tan mal, sí me iba equivocando y lo iba corrigiendo, pero al final, me salió bien. Iba a empezar a pintar con pincel cuando me interrumpieron dos señoritas muy jóvenes.
-Hola, disculpa la interrupción- me decía una niña de 16 o 17 años.
-No se preocupen, ¿en qué les puedo servir?
-Queríamos saber el costo de tus pinturas- me dijo la otra muchacha que se notaba de 19 años.
-Pues va a depender del que quieran- estoy nervioso, pero no lo notan.
-Mmmm, ¿no tienes la pintura de alguna mariposa?- la voz de la niña menor suena muy verrinchuda.
-No- mi voz sale quebrada.
-¿No habrá manera de que la puedas dibujar?- hay no, eso no, por favor.
¿Por qué a mi?... No quiero dibujar eso, me recuerda a... Ella, aunque me duela negarlo no tengo otra opción.
-Lo siento, pero no- me duele ver su cara entristecida.
-Por favor, te lo ruego- puso sus manos en su pecho.
-En verdad perdoname, pero no puedo.
-Andale y te doy un beso- «¿en serio? ¿qué estás esperando? Es muy bonita, no puedes negar» (mi mente me provoca, pero no le voy a hacer caso, esto que hago es por mi orgullo).
-No podrás convencerme creeme, es mejor que se vallan, perdonenme- la hermana de la niña la tomo de los hombros.
-Pero es que no hay otro pintor en la ciudad y a ella le gustan mucho las mariposas, tienen un gran significado para ella, por favor.
¡Maldita sea! ¡No saben que ese dibujo también tiene un significado para mi! «hey tranquilo, ya no lo hagas por un beso, ni lo niegues por tu orgullo... Hazlo por ella, que tal vez el día de mañana ese cuadro le recuerde muchas cosas, al igual que a ti te pasó, solo es un dibujo, debes superarlo»
