Pendejo.

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El suelo quemaba bajo sus pies, pero no le importaba. Nunca en su corta vida se había sentido así... Le faltaba oxígeno a sus pulmones, sus labios estaban secos y sabía que en cualquier momento podría desfallecer.

Pero necesitaba verle por última vez. Necesitaba al chico de ojos verdes a su lado, no podía creer que algo así estuviera pasando. Quería despertar de aquella horrible pesadilla, pero lamentablemente no se trataba de un sueño, todo era real y el dolor en su pecho se lo confirmaba.

Llegó a su destino y entró de manera brusca y torpe. Calló de bruces pero se incorporó rápidamente, levantó su mirada para encontrarse al chico del cual estaba enamorado. Harry tenía una sonrisa hermosa apresar de todo, podía ver sus hermosos hoyuelos saliendo a la luz. Sabía que podría ser la última vez que los vería.

El joven de ojos azules no pudo evitar romper en llanto.

-No llores Lou.... -La voz del menor sonaba rasposa y débil.

- Harry... No quiero perderte... ¡¡¡Por favor no te mueras!!! -Gritó el chico aún con las lágrimas acumulándose en sus mejillas.

Su memoria viajó unos años atrás, el recuerdo de haberle gritado lo mismo a su padre lo destrozó . ¿porqué tenía que pasarle lo mismo a Harry?, Harry era un niño bueno, siempre hacía su tarea y era respetuoso con los demás. Aquello no era justo.

-Yo tampoco quiero morir... Pero no puedo hacer nada para evitarlo... Lou-Lou prometeme que cuidarás a galleta.-Pidió el chico rizado con una débil sonrisa.

Galleta era la pequeña bola de pelos que Harry llamaba gato. Louis no soportaba aquel felino, pero se prometió a sí mismo cuidarlo por el resto de su vida.

- Pero él es tu gato Hazza, él no quiere a otro niño que no seas tú. .. -Dijo con la voz cortada.

- Sólo prometelo Louis. -Rogó el pequeño Harry.

Los ojos del menor estaban opacos, sin ningún brillo. Su piel estaba pálida y temblaba de vez en cuando.

-Te lo prometo. -Cuidaría al pequeño Galleta, solo para que el pequeño que yacía en esa cama muriera tranquilo.

La madre de Harry llegó a la habitación de su hijo con unos medicamentos en las manos.

-¿Louis? -La mujer se sorprendió de encontrar al pequeño en la habitación de su hijo, y más porque Louis lloraba sin algún consuelo. -¿Qué haces aquí cariño? ¿tu mamá sabe que estás fuera de casa? Es muy tarde.

-¡¡Harry va a morir!! -Gritó sonando ofendido, su pequeño novio no podía morir alejado de él , nunca lo permitiría.

- ¿Harry va a morir? -La mujer soltó una risita, la cual confundió a los dos chicos.

¿porque ríe en un momento como este? Debe estar loca. Pensó el menor de los Tomlinson.

- Pero cielo, Harry sólo ha cogido un resfriado, nada de gravedad.

Los ojos del castaño se abrieron más de lo normal para después formar una perfecta "O" con sus labios. Acto seguido, se giró hecho una furia hacia Harry.

-¡¡Pendejo de mierda me has pegado un susto de muerte!! -Le gritó furioso moviendo sus manos exageradamente.

- ¡oh! Dijiste la 11. -Grito el menor indignado.

-Louis, ¿qué te he dicho sobre las palabrotas? Solo tienes 10 años, no es correcto que te expresas de esa manera. -Reprochó Anne con una mirada acusadora.

-Lo siento -Dijo el niño de orbes azules, apenado jugando con sus manos.

-¿Entonces... no voy a morir mamá? -Los ojos jades de Harry se iluminaron con emoción mientras se dirigía a su madre, quien parecía entretenida con todo aquello.

Oh! Dijiste La 11 [Larry Stylinson] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora