Tengo mis razones.

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-No Mike, no me mires así. Tu sabes que voy a salir de estas por ti, por que tu no puedes. -Lo miro a los ojos y se lo que piensa.- No, carajo.-Veo correr unas lágrimas por su rostro y como se toma la cabeza tratando de quitársela.- ¡Mama no! no me nombres a mama. Ella nos dejo,- le grite.- ¡Ella nos dejo! Y como nos dejo. ¿Y como no? Si él abogado ese estaba forrado, ni se entero él pobre de mi existencia, ni de la tuya, ni de la de Rob. -Ahora él se agacha abrazándose él estomago conteniendo unas arcadas.- Ya no puedo mas, ya no puedo mas. Maldito Nick. Que no ha llamado. Maldito Nick, que se fumo la droga. Maldito seas una y mil veces,- sentí unos temblores en él piso.- ¡Malditos todos! Yo querían ser algo, yo quería ser alguien.- Susurré para que solo él me escuchara.- ¡Y luego llega esa perra y nos paré! ¡Nos pare en ese mundo de mierda! -Le grito.- A mi, a ti, a Rob. Nos cago la vida a los tres. Tu sabes que hizo, si lo sabes. A ti mas que a Rob y a Rob mas que a mi. ¿Que como voy a salir de esta? Mike...Mike... Hermano. O pues me prostituyo, o hago que él maldito Nick vomite la droga o hago galletas y las aviento por la ventana. -Le grite de nuevo.- Con que cárabo iba a ser Mike, si no tengo nada que vender...no tengo nada con que ganar. ¡Sea como sea! Tendré que hacer él trabajo sucio.
Lo mire a los ojos, estaba en él suelo frente a mi. Igual a mi, con los ojos verdes y él pelo castaño largo y revuelto. Él trilliso que se fue. Pero no era igual. La vida lo salvo. Del nido de ratas donde mama nos dejo.
-No quiero matar. Mike, no me gusta.
Las lágrimas comenzaron a brotar intensamente, no me importaba que él me viera llorar, porque él era yo. Por que él ya no estaba, por que él ya no estaba. Él dejo de estar a hace mucho tiempo. Y solo era yo.
Grite hasta que no me quedaron fuerzas, porque ya no las necesitaba. Porque estaba dispuesto a morir. Hasta que una tos me trajo al mundo real.
Me seque las lágrimas. No quería que Rob me viera. Aunque claro él escuchaba todo. Porque lo que él maldito Nick no se fumo me lo fume yo. Puto imbécil.
-Rob, por favor. No te enfermes. No tengo remedio para las medicinas,- dije intentando que sonara a broma.
-¿Podrías acomodarme el cojín?- pregunto sonriendo. Me acerque y levante la almohada y él me abrazo casi tirándole sobre él.- Vete Ab, vendrán por ti hoy y lo sabes.
-Y te encontraran a ti, y te mataran y luego ya no habrá nada en mi vida que valga, y cuando me encuentre dejare que me maten.
-Vete a un campo, donde no estén corrompidos, quizá a una plantación de arroz en el Tibeth, casate con una campesina y se feliz, eso haría yo.- Iba a responder cuando tocaron ruidosamente la puerta.- Vete, ahora. Por la ventana.
Puse la pistola entre mi cintura y él pantalón, cogí la navaja y la escondí en mi manga.
-¿Quien es?-pregunte.
-Hunter.
Debía abrir de todos modos.
-Hunter,por favor. Me dejaste trabajando con Nick, te dije que él haría esto. Es la tercera vez. Dejame hacerlo solo. Dame una oportunidad.
-Te di dos oportunidades. Y no fuiste capas de hacerlo.
-No iba a matarlo... ¿Porque debo pagar yo su mierda?
-Yo no entiendo de razones y sabes que él jefe aun menos, Abraham. Te lo cargas tu o me lo cargo yo.
-Hunter, él es un buen tipo. No podría...es mi amigo.
-No debes tener amigos si trabajas para Max,- dijo severo.- Me agradas. Te haré él favor. Pero tu me harás un favor. -Tiro un sobre gris en sima la mesa. -Esta todo ahí. Su madre era una de las concubinas de Max, enseñale que al jefe no le gusta compartir. Se discreto, no llamara a la policía, pero no queremos alborotar al resto del gallinero.
Se escucho una tos. Miro la puerta de la habitación de Rob.
-Vaya, ¿tienes una carita ahí?-dijo perversamente.- Nunca habías dejado la puerta abierta. -Estuvo en la habitación en cinco trancos.- Vaya, así que él lobo solitario de la villa baja...no es tan solitario. Pensé que tu madre los había matado a los dos. Si quieres un par de piernas para tu hermano...sabes que Max es muy generoso.
-Vete.
Sonrió maliciosamente y se fue, dejando la puerta abierta. La cerré de una patada. Y estaba casi solo en esa gran sala vacía. Una mesa, una cocinilla a gas, una nevera y un grifo. No quería él sobre pero si era algo urgente debía hacerlo rápido. Vacíe él sobre en la mesa, una foto, Emma, 17, rubia, de ojos oscuros. No termine de leer.
No lo haría.
No.
No.
No lo voy a hacer.
Comenzó a dar vueltas como un león enjaulado.
-No lo haré,-susurré para mi mismo.- No,no, no.
-Sabes que si lo harás,-dijo un chico frente a mi.- Ya eres un asesino.
Ahora no estaba frente a Mike, era un Abrahm con los ojos hundidos, la mirada ojerosa y maliciosa que deliraba, pero tenia razón, terminaría haciéndolo.
-No lo haré le respondí, - si lo hago...
-Lo harás por él chico que esta en la cama.
-Con un poco de suerte vendrá la madre y no tendré...
-No te has él inofensivo conmigo, eres un asesino, a sangre fría.
-No...
-Lo mataste tu.
-No,-sentía algo tibio en mis mejillas.
-Lo mataste con esas manos, solo con las manos.
-!No!- le grite a ese maldito que me hablaba desde la pared.
-!Sabes que si!- me grito también.- Abrahm.-Levante él rostro para mirarlo entre lágrimas.- ¿Aun puedes sentir su cuello contra tus manos? ¿Y sus manos luchando por piedad contra tu pecho?
-sonrió malicioso.- No me mires así, yo soy tu conciencia. Él asesino eres tu.
-Callare maldito hijo de puta,- le di un puñetazo. Antes de caer él vidrio al suelo, sentí fluir la sangre por mi mano. Alfin y al cabo yo soy él asesino.

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⏰ Última actualización: Apr 03, 2016 ⏰

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