Capitulo 3

84 5 1
                                    

"Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella."

•••

-

26/06/2016- (domingo)

Jane se encontraba allí sentada en una de las salas de espera de aquel enorme hospital donde su padre la había obligado a ir.
No lloraba, no, ella no se iba a mostrar débil ante nadie aunque no podía negar las ganas que tenía de llorar y desahogarse, aunque hacia mucho que no lloraba desde la muerte de su madre.
Matt vio sentada ahí a su hija, en el último asiento de la fila izquierda de aquella sala de pareces blancas.
Matt sabía que Jane no le podía ver ya que la muchacha tenía sus pies subidos a la silla, sus brazos envolvían sus delgadas piernas, sus rodillas contra su pecho y su rostro escondido ahí. Matt aclaró su voz y Jane al escucharlo hizo una mueca. Con paso seguro aquel hombre de expresión cansada y dura se sentó frente a su hija apoyando su espalda contra el respaldo de aquella incómoda silla gris, colocó sus manos entrelazada en su regazo y la miró fijamente esperando a que ella alzara la mirada y le regalara una de sus hermosas sonrisas para después decirle que le quería muchísimo a pesar de todo pero nada de eso pasó, Matt sabía que Jane era tan cabezona como Rose, su madre, era cierto que la muchacha era idéntica a su padre pero solo físicamente porque de carácter era una copia a Rose salvo el cabello rubio que antes tenía ese cabello era idéntico al de su madre. Ahora lo había cortado de una forma extraña y desigual seguía teniéndolo largo solo que algunos mechones estaban horriblemente cortados y lo había teñido de un color gris claro.
-Jane- dijo él en un susurro derrotado esperando a que su hija lo mirara de una vez por todas - se que lo que he hecho no te ha parecido bien... Pero... Podemos hacer un trato.- El pobre Matt no sabía que hacer para contentar a su hija.
En ese momento Jane alzó la mirada y miró fijamente a su padre esperando a que este continuara.
-Gracias- dijo al ver como su hija lo observaba molesta.- Te prometo que esto sólo será hasta que te den el resultado de tu examen de física el uno de septiembre... No importa la nota ya no estarás castigada.
-Tengo una condición- hablo con seguridad en su voz.- Cuando me den mi nota me iré a Florida con la tía Jessica y comenzaré la universidad allí, tu no podrás impedírmelo.-
Con tristeza Matt asintió, se colocó en pie y se fue de aquella sala.

•••

Aquella enfermera se detuvo en la habitación "222" Jane se colocó a un lado suyo y lo siguiente que vio la dejó con la boca abierta.
Había un chico acostado en la camilla de hospital con las piernas estiradas y tapado con una fina manta blanca hasta su cintura, no estaba completamente acostado la cama estaba de manera que el chico pudiera estar semi-sentado. Carcajadas salían de sus labios mientras observaba a otro chico frente a él de pie que cantaba haciendo una voz aguda y ridícula. Utilizaba una peluca rubia de rizos muy despeinados, sus labios estaban rojos, muy rojos y se había dibujado un lunar a un lado de su labio, un poco más arriba, utilizaba una falda rosa muy corta haciendo que se vieran sus piernas finas pero peludas y después un sujetados rosado con muchísimo relleno.
En cuanto la enfermera abrió la puerta ambos chicos se quedaron en silencio y miraron a las dos mujeres que estaban allí pero la mirada de ambos se fijó en Jane.
Jane observó el chico de la peluca rubia, era muy alto de piel morena, ojos negros, era muy delgado, demasiado pero también era bastante guapo. El chico se quitó la peluca de inmediato y pudo observar su cabello corto naranja chillón claramente teñido, este estaba despeinado.
Después fijó su mirada en el otro chico acostado en la cama de tez muy pálida, sus ojos eran grises bastante bonitos, su cabello negro, tenía un flequillo bastante largo que caía hacía un lado ocultando sus cejas, sus labios resultaban en su delgado rostro pálido ya que estos eran rosas, tenía una bonitas pestañas oscuras y largas.
Era delgado pero no tanto como el otro muchacho y este era mucho más hermosos.
-¿Qué nos traes aquí, Maddie?- La voz del chico de ojos grises hizo que Jane sacudiera un poco su cabeza para salir de sus pensamientos.
-¿Qué estabais haciendo?- la enfermera ignoró la pregunta del muchacho y miró a ambos con sus manos en sus caderas y una mirada severa.
- Maddie, sabes que Ryan hace mucho que no ríe, no me gusta verlo triste y solo quería hacerlo reír- La mujer mira al chico de cabellos naranjas y después mira al otro chico que le dedica una sonrisita inocente.
-Bien- responde la enfermera con cansancio y sonríe. - solo quería presentaros a Jane.
Pasó uno de sus brazos regordetes por los hombros de Jane y la estrechó contra su cuerpo.
-Ryan ella será tu nueva cuidadora espero que la trates bien y con respeto estará aquí por...
-Tres meses- dijo ella recordando la charla anterior con su padre.
Ryan la miró fijamente y después miro a el otro chico con una sonrisa malvada en su rostro que no le gustó para nada a Jane.
-Mira, Greg, me han traído una criada.
Ese simple comentario hizo que Jane fruncida su ceño muy molesta y quisiera golpear al chico.
-Que te den- Ambos chicos comenzaron a reír.
Maddie suspiro con una sonrisa en su rostro y salió de la habitación.
Iban a ser unos largos tres meses.

Tres mesesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora