Y cuando entro en la ciudad, todo el pueblo se le acercó y todos le clamaban a una sola voz.
Los ancianos de la ciudad se aproximaron y le dijeron:
No te alejes todavía de nosotros.
Tú, culla juventud pobló de ilusiones nuestro sueño, fuiste un mediodía en nuestro Crepúsculo.
No eres entre, entre nosotros, ni extranjero ni huesped, sino nuestro hijo y nuestro Bienamado.
Que nuestros ojos no se priven aún de tu rostro.Y los sacerdotes y las sacerdotisas le dijeron:
No nos permitas que ahora nos separen las olas del mar y que los años que pasaste con nosotros se conviertan en recuerdos.
Anduviste entre nosotros como un espíritu y tu sombra ha sido luz para nuestros rostros.
Mucho te hemos amado. Pero nuestro amor ha sido silencioso y velado.
Ahora, sin embargo, quiere alzar su voz para llamarte y quiere revelarsete.
Y siempre ha sido así con el amor. Sólo conoce a su verdadera profundidad cuando llega la hora de la separación.Y también vinieron otros y le imploraron. Pero el nada les respondió. Sólo inclinó la cabeza; y los que estaban cerca de él vieron sus lágrimas caer al pecho.
Y, con el pueblo, se dirigió a la gran plaza que havia ante el templo.
ESTÁS LEYENDO
Palabras De Sabiduria Y De Luz
SpiritualEstas son pequeñas reflexiones sobre temas de la vida cotidiana narrados o descubiertos por un Profeta llamado Al-Mustafa. Espero Que les Guste.