Hipotéticamente crea una historia por un segundo.
Estás sentada en tu habitación, la puerta está cerrada con seguro.
Tienes un lápiz y una hoja en blanco frente a tus ojos. Sientes el temblor que recorre en tu mano y todo tu cuerpo... Las lágrimas vuelven a salir, sin parar, no puedes detenerte. Es la tercera vez en el día que intentas escribir algo digno.
“Para mi familia...” escribes en la hoja, pero sientes que es una mala manera de empezar una carta de suicido. Tu cabeza empieza a no soportar la sensación de inutilidad, “mierda, ni una maldita carta puedes escribir” te dices.
Nadie lo entiende, ni siquiera tú. A nadie le interesa como te sientes, basta tu presencia o existencia para creer que estás bien, vaya, que error.
Estás solo, o al menos eso piensas.
Anochece, tu mano desliza por tu cama, “...pues, es todo, adiós” le susurras a la oscuridad y la compañía que presiona tu pecho por la sobredosis de medicamentos. Se acabó.
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A nadie le importas
Teen FictionLuego de años mi pensamiento es tan inverso a lo que escribí. Importas y quizás importen quienes te rodeen, toma asiento, ¿extrañarías a alguien? ¿algún acontecimiento? ¿canción, sonido, perfume? Me sigo refugio en pequeños detalles que me hacen se...
