El fútbol como vida

Chapecoense

"Solo son 22 imbéciles tras un balón" no hay frase en esta vida que me enfurezca más. Este día el fútbol está de luto, y no solo el fútbol, el mundo entero está de luto. Me jode la existencia pensar en como es posible que personas que no le hacen daño a nadie pierdan la vida en un instante, no me refiero solo a los futbolistas y cuerpo técnico, pienso en todo aquel pasajero que iba en el avión al momento del accidente, es una mierda esto.

5 minutos. Eso faltaba para llegar al aeropuerto. Una insignificante cantidad de tiempo puede ser la gran diferencia, me mata pensar en la agonía que sintieron todas estas personas, en el sufrimiento, en la desesperanza, en todo lo que habrá cruzado por sus mentes. Estaban a nada de poder cumplir su sueño, tenían la ilusión de verse haciéndolo realidad, y en un poof se les arrebató todo...

Pensemos mas allá del ámbito futbolístico, en ese avión iban padres, hijos, hermanos, amigos; es decir que mucha gente ha perdido un pedazo de su vida en este día gris.

Thiaguinho, un hombre al que hace pocos días le avisaron que sería padre. ¿A que edad se le explica a un niño porque no tiene un papá con quien jugar al fútbol?
Danilo, guerrero que luchó por mantenerse con nosotros pero que al final no pudo resistir. ¿Como explicar que a veces ni dando lo mejor de vos se puede ganar?
Jackson, debido a las heridas tuvieron que amputar una pierna. ¿Como podría estar agradecido por sobrevivir si ha perdido una pierna?

Y no, no hay respuesta a esas preguntas. El tiempo nos ha enseñado que a veces la vida puede ser realmente jodida con quien menos lo merece, se que es duro pero así es esto. Solo queda avanzar, llevar en el corazón a los que fueron y seguir luchando por los que se quedan.

Me parte el alma ver las noticias de esta gran tragedia, te rompe en pedazos las declaraciones, pensar en las familias de los involucrados y peor aún, saber que muchos dejarán de creer en aquél de allá arriba. Y no los culpo. Muchas veces en los peores momentos es donde crecen las dudas y disminuye la fe, pero son en esos momentos de calamidad donde se debe mantener firme, donde la fe y la esperanza no deben flaquear porque a veces sólo eso nos queda, creer.