Tentaciones

3

-¿Tú otra vez? –Por su tono de voz sabía que estaba enfadado

-Solo iba pasando por aquí y al ver la caja me dio curiosidad

-¿Y por qué un chico como sale a estas horas de la noche? –Dijo eso último con una sonrisa torcida, un intento de coqueteo si es que se le puede llamar así al gesto que hizo

-Leche –Ni yo sabía lo que estaba diciendo y era mejor que pronto cerrara el hocico

-La leche es buena, pero lárgate de aquí maldito malcriado

-¿Malcriado yo?

-Sí, ahora lárgate –Fue ahí cuando lo mire directamente a los ojos. Lo miraba para tratar de comprenderlo, pero me di cuenta de que entre más lo observaba más difícil se me hacía descubrir sus secretos.

Di media vuelta y me marche de ese lugar, mis pasos eran cortos pues esperaba que se arrepintiera de haberme dicho que me largara, pero no ocurrió.

Llevaba 5 minutos caminando y aún no terminaba de salir del callejón. Indignado acelere mis pasos para retirarme lo más pronto posible de ahí.

La lluvia parecía no tener fin y la verdad me arrepiento tanto de salir de mi casa para ver cómo se encuentra alguien del cual no se ni su nombre, repitiendo todo esto en mi cabeza suena más estúpido. Las personas son difíciles de entender y cuando crees hacerlo piensas que las conoces en toda su amplitud, pero no es así. No las damos de saber todo de ellas cuando en realidad no nos conocemos bien a nosotros mismos y eso intentaba hacer yo, lo miraba a los ojos para encontrar algo más que placer por la heroína, quería encontrar en él algo que ni siquiera yo puedo encontrar en mí.

Recordé su rostro a todo momento, su pelo parecía lana vieja masticada por ratas, él parecía una rata pero no del todo fea. Ere lindo muy a su manera.