Era hace una vez

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Hace aproximadamente dos meses, inicié la universidad. Esto me hizo trasladar mi vida a un nuevo país, lleno de nuevas costumbres, nuevas tradiciones, comidas y un nuevo idioma. Por supuesto, también nuevos rostros. Soy de esos que miran en las calles y es diferente. No es sencillo ser asiático cuando comienzas a vivir en un lugar tan alejado del tuyo. Londres, Inglaterra. Ese país, era mi nuevo hogar.

Quedé entre los mejores candidatos para la beca y ahora tengo la oportunidad de ejercer mi camino como escritor. Estudio literatura y mi mayor sueño, es ser un escritor reconocido. Hace poco subí a la web dos de mis novelas. Son cortas y no muy buenas a mi parecer, pero con algo se empieza. Sé muy bien que no es un empleo bien pagado, los escritores llegan a ser fracasados, pero es mi sueño y a pesar de todo, todos mis cercanos me apoyaron. No será fácil, pero me gustan los retos, y los más difíciles. ¿Qué tiene de divertido la vida, si no tomas riesgos en el transcurso?

Me gusta mucho la lectura. Obvio, viviré el resto de mi vida escribiendo, debo de amar los libros y así es, no dejo de leerlos. Claro, soy paciente, le doy tiempo a tiempo. Primero uno al terminarlo, puedo continuar en la búsqueda de una nueva novela, fábula, historia, lo que sea puede pasar por mis manos. Cuanto amo a esos amigos de papel que me acompañaron desde que tengo once años. Desde esa edad me enamoré de la literatura. Es mi primer y único amor. ¿No les ha pasado? Me he enamorado de cada uno de esos guerreros, casanovas, conquista corazones, caballeros, brujos, todos esos personajes que siempre luchan por encontrar el final hermoso a cada narración.

El amor es hermoso, aunque nunca lo he experimentado en carne propia, puedo disfrutarlo a través de las palabras que los libros me expresan. ¿Será tan hermoso como es contado por los autores de estas fabulosas historias? Me encantaría experimentarlo.

Mis amigos me culpan de ser una persona atractiva y estar soltero aún. En teoría tienen razón. Estoy muy centrado en mi mundo para prestarle atención al amor más allá de los libros, pero no ha habido nadie. Cada vez que levanto mi mirada de las negras letras impresas en las lisas páginas blancas, —qué en muchas ocasiones pueden ser amarillentas— no encuentro nada para mí. No está ese alguien que me roba la mirada inmediatamente. No en Corea, pero...

— ¿Trajo identificación? —Allí estaban esos oscuros y profundos ojos mirándome fijamente una vez más. Cada dos días a las semanas podía disfrutar de ellos.

— Sí, un segundo. —Saqué mi billetera del bolsillo trasero de mi pantalón y de allí extraje la identificación para entregársela a aquel hermoso ser tras el escritorio de la biblioteca.

Era hermoso, como aquellos caballeros que narraban en cada historia. Tez blanca como la nieve, labios carnosos, redondos y rojizos, ojos pequeños qué, con cada sonrisa, se volvían más pequeños, ocultos por unos anteojos de pasta negra y cuadrados; una hermosa y dulce sonrisa, mejillas suaves y esponjosas. Era un perfecto hombre, cualquiera tendría la suerte de tener a esa persona a su lado. ¿Cómo podía existir alguien tan perfecto? Esa mirada suya me atrapaba, cada vez que me atendía, ya desde hace un mes. Era uno de los bibliotecarios y yo, era un cliente que frecuentaba ese gran espacio lleno de conocimiento, historias, anécdotas y demás.

Park Jimin esas sílabas componían su nombre, como en su identificación decía. Incluso con esos cabellos naranjas. Era... Un ángel, sin duda alguna.

— Gracias por devolver el libro, puede continuar. —Esa hermosa sonrisa se posó en sus labios y yo, quedé allí, petrificado. Como si medusa me hubiese convertido en piedra, pero supe que así no era cuando alguien detrás de mí, carraspeó su garganta para hacerme salir de mis pensamientos.

— Gracias... —Apenas logré decir y retirarme de allí.

Me adentré por los largos corredores que estaban entre los estantes de libros, por esa sección de drama fantástico, en donde sólo encontraría historias de ciencia ficción. Mis favoritas. Ninguna que llamara mi atención. Es cierto eso de no deber jugar un libro por su portada, pero yo no juzgaba la portada. Sino el resumen que traía impresa la dureza de la tapa trasera.

Mi caballero con alas [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora