4: Sonríe y se feliz - Ahora es solo mia.

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Eh aqui, el video del cual me inspire para escribir esto, ahora, a leer. (Vean el vídeo cuando terminen el capítulo~)

....

El se agacho y me acaricio mis orejas.

Sus manos, eran suaves, calidas. Tenian tanto cariño contenido que me senti derretir ante sus caricias a mis orejas.

- Grrr - Quiero ver tu sonrisa. Ronronee.

El se alejó luego de unos minutos en busca de comida para mi.

Me encontraba recostado en una almohada que el rubio habia sacado de su futon para ponerlo a su lado y dejarme allí quieto y sin lastimarme la pata.

- Buen provecho~ - Me sonrie, de nuevo agachado para acariciarme las orejas y la espalda.

Su sonrisa... ¡es verdadera! Es tan sincera que me quedo embobado.

¿Cuanto tiempo llevaría el rubio sin sonreir? Quien sabe, pero, esta sonrisa es tan pura, tan sincera que... la quiero solo para mi... solo para mi, nadie mas la merece, ya mucho daño le an echo.

Maldita sociedad.

Pasaron las horas, mientras el se encontraba dormido en su futon justo al lado de mi almohada, yo empeze a sacarme la venda de mi pata herida con mis colmillos, dolía, sí, pero no me importaba en este momento, estaba feliz, tenia una idea, de hacer que él sonriera feliz conmigo a su lado, mostrandome siempre su sonrisa.

Se lo debo, el me ayudo cuando mas necesité de alguien, me rocogio y curo, me alivio el dolor con sus carisias y me regalo una sonrisa pura. ¡Yo tengo que agradecerle!.

Ya con la venda fuera de mi pata a dolorida, camine como pude hacia la esquina de la habitación y sonrei, me acurruque en aquella esquina y...

Una luz blanca me rodeo, mis patas traseras crecieron y se convirtieron en eso llamado piernas, mis patas delanteras tambien crecieron mientras mi pelaje desaparecía y dejaba a la vista aquello llamado piel.

Mire mis dedos, los moví, curioso mire todo mi cuerpo humano, parecia que yo era mas bajo que el rubio.

Note que estaba desnudo, era normal.

Camine en silencio hacia el armario del rubio y saque algo de ropa.

Todo me quedaba algo olgado. Pero no me importo. Ya vestido, camine de nuevo a la esquina de aquella habitación. Ya sabia el nombre de rubio... era Kise Ryota.

- ¡kise! - Mi voz humana era estricta pero nada, no parecio escuchar. Y no me podia mover de donde estaba parado, estar parado en dos patas, digo, pies, es raro y cansador. - ¡Kise! - Volví a gritar, pero el solo se removio. En esta forma humana, mi paciencia no es infinita. Tome lo que mas cerca estaba de mis manos, un marco con una foto de Kise de pequeño, la ignore y se la lance, casi le da en la cabeza, sin embargo, hizo el ruido suficiente para despertarlo.

Hay empezó todo.

El me miro y yo lo mire, su mirada se quedo solo para mi.

Levante un brazo y abrí la mano.

- Vamos, camina, camina, ven hasta aquí. - Dije cantando suavemente estaba feliz sin despegar la mirada de sus ojos.

Él caminó.

Mis ojos cambiaron.

Ahora eran rojos.

Dando un tembloroso paso hacía delante, hasta llegar a mi, extendió su mano hasta que la sostuve.

Quiero Tu SonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora