Llevo aquí años, diría casi décadas buscando una forma de escapar de esta prisión física y metafórica, paree que te corroe por dentro hasta el punto de casi ni dejarte pensar, pues en mi opinión, parece que te lee la mente con cada pensamiento, paso que des o idea, y de cada forma de escapar que se me ocurre, los guardias o en ocasiones el alcaide, te cierran el paso, como si supieran lo que fueses ha intentar hacer en cada momento.
-Vale Edwar- Me dijo el psicólogo de la prisión, el famoso Erick Criles- Me parece que ya hemos tenido suficiente por hoy, ya sabes que tengo un pacto para no contar nada de tu fuga, pero ten en cuenta que en cualquier lado, pueden estar un par de oídos abiertos para contar tu empresa al alcaide y librarse de su condena.
-Como por ejemplo yo- En ese momento, me sobresaltaron tanto esas palabras que casi me caigo de la silla.
-Q-que haces ahí? Cuanto tiempo llevas escuchando? DILO, tengo un pincho de metal en el bolsillo, no me obliges a alargar mi condena!
-Ey, tranquilo chaval, lo único que quería decir era que me parece que tienes mucha más razón de la que crees- Era Nate, apodado Nerthall, la verdad, en estos diez años que llevo aquí no se porque.
-A que te refieres con eso?-Pregunto Erick.
-Tu no te metas!-Curiosamente, esto lo dijimos Nerthall y yo a la vez.
-Bueno, pues que yo tengo las mismas "alucinaciones" de las que dices tu.- En esta frase, sentí como si alguien se hubiese metido en mi cabeza.
-Ey, antes de que te pongas a gritar, soy Nate, estoy en tu consciencia y puedo hablarte sin que nadie nos oiga y sin abrir la boca.- Fué en ese momento cuando comprendí que no estaba loco, y que todo era real.
-P-pero como??-Pregunté asustado.
-Bueno será mejor que nos marchemos, esto puede resultar una molestia para Erick.- Comprendí que debíamos hablar a solas y me callé.
-Si, mejor, no quiero ser cómplice de esto...- Dijo el psicólogo.Llegamos a mi celda, y al entrar me dijo. -Estás tonto o que, te dije que no dijeses nada de eso!!
-En realidad no he dicho nada del control ment..- Me tapó la boca con la mano y dijo. -Shhhh, aquí hay más espías del alcaide que en su propia casa.
-La verdad, eso no tiene sentido.-Respondí- Je, gracioso y como nosotros, creo que te llevarás bien con el que equipo.- No entendía nada del "como nosotros" ni del equipo ese.
Nos cambiamos dos celdas más allá de la mía y me dijo que esperase. No me esperaba que, bajo la cama, hubiese un túnel excavado a mano, puesto que aún quedaban trozos de cuchara por ahí tirados.
-Pase usted, como en su casa.
Al entrar en el túnel, tenía una profundidad de unos pocos pies y bastante longitud.
-Bueno, creo que aún no me has dicho tu nombre- Preguntó Nerthall.
-Edwar Belinski- Respondí con un poco de miedo.
-Bueno Belinski, aquí estamos- Me quede sorprendido de que bajo la cárcel hubiese tal cantidad de zonas de tuberías y canales.
-Nate, quien es ese?- Dijo alguien con una voz muy grave, con un tono ligeramente enfadado.
-Tranquilo Wane, es como nosotros.- Al decir esas palabras, todos callaron por un rato y luego empezaron a murmurar muy preocupados.
-Imposible, estuvimos rastreando por toda la prisión y no encontramos a nadie igual.- Contestó con miedo Wane.- Pues parece que mirasteis mal, porque estaba con Criles- El psicólogo? Imposible.
En esto, Nerthall se subió a una tubería y anunció a todos con voz de general de ejército, pues ese tono lo conocía yo muy bien.
-Parece que nuestra vía de escape de este infierno acaba de llegar. He aquí a Edwar Belinski-
No sabía que decir ni hacer en ese momento, porque entre la presión de estar frente a 17 reclusos mirándote fijamente y la vergüenza, no era capaz de pronunciar ni una sola palabra ni de mover un músculo.