Partida

883 27 3
                                    

     En un mundo donde solo existían semillas y vegetación por todos lados a de haber un ser diferente a la hermosa naturaleza. Un ser que no tiene conciencia pero es bastante inteligente. Por alguna razón alguien le dio un nombre "Human".

     Aquel humano que creía ser dueño de cada preciosura que encontrara en su camino no era capaz de ser dueño de sus sentimientos propios, aquel humano no era capaz de superar su sufrimiento por que a pesar de que estaba rodeado de la hermosa vegetación se sentía muy solo.

¿Quién en su sano juicio se sentiría tan solo con tanta belleza de frente?

    Aquel hombre se sentía solo, necesitaba con quien compartir de las hermosas tierras y terrenos, necesitaba a alguien con quien conversar sin cansancio ninguno. Ese hombre un día decidió usar de su inteligencia y prepararse para lo que vendría...

De todo material que encontró capaz de utilizar, arrancó, picó, martilló, trato de conseguir el material mayor posible para poder crearse otro ser "HUMAN" que lo acompañara en este solitario mundo.
    En su larga búsqueda de material encontró un pequeño animalito conocido como "Gato". Era peludo, de patas cortas, ojos grandes, orejas afiladas y muy tierno.
     El hombre decidió quedarselo para así acortar su breve soledad mientras conseguía materiales para su nuevo Humano.
     Encontró a tal indefenso animalito cerca de un riachuelo que vió a lo lejos para poder obtener agua, aquel riachuelo que aunque no tan grande, pero si lo suficiente para poder obtener vitaminas, fue lo que le impidió al hombre continuar con su búsqueda, a lo que decidió detenerse hasta nuevo aviso. Él tenía en mente como seria su figura, pero no sabia exactamente como hacerla funcionar.

     Pasaron ya 3 días desde que él decidió quedarse con aquel indefenso animal para cuidarlo y protegerlo. Pero un día el Gato decidió que era tiempo de ayudar a su humano a conseguir una pareja. El Gato había visto anteriormente a algún tipo de Ser parecido a el Humano, no estaba seguro ya que estuvo el tiempo suficiente en el busque como para acordarse, pero tenía claro que en algún lugar había visto algo semejante. Trató de hacerle señas a su humano para que lo siguiera. El hombre confundido no sabia que era lo que quería el gato, pero con todo y esas dudas lo siguió. El gato lo condujo por unos pantanos, que el hombre pensaba que no tenían fin, lo condujo también por muchos bosques al cual el hombre jamás había visto y le parecían mas hermosos de lo normal. El gato se dejaba llevar por olores familiares pero un poco antiguos. Hasta que por fin el gato decidió detenerse en busca de cualquier señal que le indicara donde quedaba aquel lugar que tanto le recordaba a ese ser humano.
    El gato encontró indicios de aquel lugar recordado, vio a lo lejos una nube gris a lo que rápido reconoció como humo. Ya estaban cerca pues estaban en el periferia de aquel lugar. Los humanos son los únicos seres capaces de controlar el fuego, por lo tanto donde esté al humo están los humanos. El hombre estaba muy agotado, lo suficiente como para detenerse a descansar y poder observar detenidamente las estrellas que tan loco lo volvían y lo hacían sentir vivo. Aquellas estrellas a las que el tanto amaba y disfrutaba de ellas, así fuera una noche lluviosa o un invierno frío... Pues habían sido su única compañía por años.

En la mañana siguiente, partieron desde aquella mini casita que tanto les costo construir. Era muy pequeña pero cómoda en cierto punto. Continuaron su camino, estaban ya cerca de su destino, así que ahora no harían ni una sola parada, el gato lo sabia pero no le dio ninguna señal al humano.

El sol estaba ya por ocultarse entre el horizonte tras las hermosas montañas cubiertas por un blanco manto que ha de llamarse Nieve! El hombre está helado, pues no estaba acostumbrado a este clima, con todo y eso continuaron su camino sin importar las incomodidades. Luego de haber pasado unas montañas y terminado la nieve es cuando a lo lejos en el horizonte ven un enorme objeto parado inmóvil frente a ellos, muchos edificios con gigantescas ventanas a lo largo y a lo ancho. No tenían idea de como se llamaba, pero más aún les llamo la atención aquel ser vivo que era tan parecido al hombre.

Dos brazos largos para alcanzar las ramas de los árboles, dos hermosos ojos para observar las estrellas, dos fuertes piernas para correr por los horizontes y una nariz para oler las flores y respirar el oxígeno tan necesario. El hombre por la emoción no tenía palabras. Había deseado tanto este momento que sin dudarlo se lanzó sobre sus brazos sintiendo esa necesidad de ahorrarse el poco espacio que los separaba. El hombre llevaba tanto tiempo solo y sin ese tacto que uno necesita de ves en cuando, se sentía tan vacío que al ver aquella semejante hermosura no se le ocurrió nada mas que correr hacia ella. La mujer le correspondió el abrazo dudosa pero firme pues también sentía la fricción que los atraía. El sentía como si dos planetas, dos universos que en si se atraen para concordar en la vida, el tiempo y el espacio hubieran colapsado entre sí para formar una sola galaxia.

 El sentía como si dos planetas, dos universos que en si se atraen para concordar en la vida, el tiempo y el espacio hubieran colapsado entre sí para formar una sola galaxia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era tanto el sentimiento allí encontrado que era imposible que ni una gota de lágrima derramara sobre sus cálidas mejillas.


En El PrincipioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora