D O S.

15 1 0
                                    

Ambos llegaron finalmente a su destino, su casa, su hogar, su pequeño escondite.

Donde nadie podía verlos, donde nadie podía juzgarlos, nadie podría decirles "no hagas esto", "no hagas aquello".

Donde el amor era lo que menos faltaba.

Y entonces estamos aquí, viendo a estos dos muchachos jóvenes, viviendo una vida codisiada, donde pocos pueden llegar a estar, con la gente fuera pensando que están con unas chicas, cuando en realidad están dándose mimos todo el día, riendo como niños pequeños que sólo saben amar, sin importarles lo que los demás les dirán.

Sin embargo, siempre hay un lado negativo... modest.

Esta empresa homofobica.

Esta empresa que juega al gato con sus clientes.

Esta empresa mierda.

Bueno, hay personas dentro de la ya mencionada, quienes son unos algodones de azúcar. Otros que también son homosexuales, transexuales, etcétera.

Pero Bayron, Bayron es un hijo de puta. Una grande.

A él sólo le importan 3 cosas:

1.-
2.-
3.-Dinero.

Nadie lo conoce, quiero decir, no está siempre en el mundo de la farándula, a él lo conocen por su cara de perro, por su gran empresa, y por su puesto, sus grandes talentos. Uno de ellos, One Direction.

Pero bueno, salimos mucho del tema, volvamos a donde empezamos, a los chicos que tienen un sentimiento en común.

-¡Amor!- Louis abrió sus brazos, Harry corrió hacia el, encorvandose, y... aunque Louis no lo quiera admitir, doblando un poco las rodillas para llegar a la altura de Louis.

-Oh Louis, ahora qué vamos a hacer? Dios Santo, esto es terrible, y-yo no podré con tanto, lo sabes... Yo quiero gritarle a todos que te amo...

-Cariño, ese no se saldrá con la suya, lo sabes, ¿no?. Me vale tres hectáreas lo que él diga.

-No Lou... dijo que lo íbamos a lamentar, no quiero que nos haga daño, peor aún, ¡que te haga daño!- lo dijo con tal desesperación que se escondió en el cuello de su amado.

-Eso no pasará Hazz, tenlo por seguro. -le correspondió el abrazo rodeandolo y dejando le un pequeño beso en su cabello, el cual olía a lavanda, su olor favorito desde hace un mes, que Harry había empezado a usar ese shampoo de tratamiento para cuidarlo mientras crecía para después a donarlo a la caridad a unos pequeños que lamentablemente los había invadido un virus, tipo Bayron.

-¿Lo prometes? -levantó su cabeza de su escondite, mirándole fijamente a sus ojos, escaneando ese azul cielo.

-Con el corazón. -Louis lo miró fijamente, sonriendole.

Y para sellar aquella promesa, Louis abrazó a su poste de luz, lo atrajo hacia él, se acercó lentamente, llevando, con sus pequeños dedos, sus largos rizos hacia atrás, sonriendole dulcemente y finalmente impactando sus finos labios con los un-poco-rellenos del grandote.

After The DoorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora