03/04/08

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— Bien

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— Bien. Jiah última oportunidad. Sigues escuchado las voces ¿qué te dicen? — Dr. Douglas. 45 años. Casado durante 22. Divorciado desde hace 3. Coreano-Americano. Con el suficiente dinero como para jubilarse. — Jiah cómo te sientes.

Como siempre llevaba su bata en perfecta condición, lisa y con su nombre bordado con delicadeza. Estaban en la que debía ser su última sesión.

— Sentir ¿qué?— sonrió preguntándose. Qué es sentir. — Jiah está bien. — sonrió con su mano sobre los labios sin apartar la mirada de la ventana. Abril traía consigo primavera definitivamente su estación favorita del año, aquel día especialmente el clima era espléndido, brisa suave y fría pero el sol abrigaba y calentaba. Los cerezos empezaban a vestir de rosa y las familias programaban excursiones al lago. Aunque salir de paseo no fuese su actividad favorita.— Hace un día hermoso.

El Dr. Douglas dejó de golpear el portapapeles con la punta de su bolígrafo de tinta caro. Recostó el peso de su cuerpo sobre el respaldo y cruzó sus piernas una sobre la otra haciendo que bajo su peso, el asiento rechinara. Dejó sus gafas de pasta sobre la mesa de madera que tenía al lado ganando la atención de Jiah. Parecía que estaba a punto de perder el control.  — Qué tal si, por una vez, confías en mí y dejamos... de pretender. Esa rutina automática que te has plantado en la cabeza ya no sirve conmigo. Jiah que pasa en serio. Dilo hoy por ser nuestro último día. Te sentirás mejor, lo prometo.

Qué es sentir.

Solo se ganó una mala mirada, sin ser amenazadora, pero dispuesta a dejarlo intimidado. Y funcionó. No debía contestar preguntas estúpidas, fuese el primer o último día. Nada servía, ni hablar servía. Y por lo visto, sentir tampoco lo hacía.

Suspiró finalmente derrotado.

— Solo quería ayudar, ayudarte a hacerlo. Necesito tu cooperación. Sino tomas el control, el ciclo seguirá repitiéndose toda tu vida Jiah. Un año y siente meses han pasado desde que nos conocemos, es hora de que rompas las barreras Jiah. No debes tener miedo.

Jiah lo miró, lo estudió, si, en realidad no le prestaba tanta atención a lo que decía.
Se cruzó de brazos y levantó la barbilla al cielo antes de que cayera redonda al cuerpo crujiente expectante de Will que al otro lado de la habitación la observaba.

Si tan solo comprendiera que Jiah tenía muchas cosas pero miedo no estaba incluido. A ella no le aterraba perder la cabeza. Tanto tiempo y nadie la podía comprender todavía, Jiah se había convertido en una incomprendida y se había rendido con el mundo.

Sonrió — ¿Usted puede verlo? — preguntó sin quitar la sonrisa ni la mirada lejos de William. 

— Descríbemelo. Cómo es Jiah. — el doctor siempre estuvo seguro de que las criaturas que habitaban en la cabeza de la paciente eran la imagen en vivo de todos sus miedos. Que equivocado estaba.

— No tiene sentido hacerlo. lo que yo veo y escucho no es lo mismo que usted ve y escucha, no hay forma. —  Jiah se levantó del asiento y lentamente comenzó a caminar por la organizada e impecable habitación, deslizando sus dedos por las paredes y la estantería tras el escritorio. Estaba hipnotizada con el poco polvo que podía ver nadando en la nada con el contraste de luz. — Puede seguir dándole a Jiah todas las pastillas que quiera. Yo seguiré gritando, seguiré enloqueciendo y al final, Jiah seguirá estando bien. Porque Jiah no siente. Jiah no muere. — la niña miró al doctor poniéndole la piel de gallina. Deshizo el camino de vuelta a su asiento, esta vez sin sentarse y mirándolo desde arriba con desafío. — Dígame usted doctor. ¿cómo se siente hoy?

Suficiente por hoy.

— Ya tengo todo lo que necesitaba Jiah. Gracias por tu colaboración. Por favor, cuando salgas dile a tu padre que pase y espera en el pasillo.  — el doctor se levantó con las manos en las rodillas impulsando su cuerpo y caminó hacia su escritorio intentando fijar una distancia más amplia entre los dos. — Lo siento mucho niña, aférrate a la cordura. Y recuerda, nada es real. — después de aquello, la niña salió del despacho sin antes echar un vistazo a Will y pronunciar vamos con sus labios.

En realidad, todo es muy real.

Aquella noche todo cambió para Jiah.









©DENI.BRXS

Phobia ⌱ BangtanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora