|EPILOGO|
Dos años después.
Justin lanzó una maldición mientras tomaba sus zapatillas favoritas, las cuales ahora estaban completamente dañadas y ensuciadas por la saliva de Nico.
- Perro inútil.- susurró Justin, mientras lo fulminaba con la mirada.- juro que te arrepentirás de haberlo hecho.
Nico movió la cola y, como si se estuviera burlando de él, levantó la cabeza y se acercó para quitarle las zapatillas de las manos.
- Quédatelas, ya no me sirven.- gruñó.
Mordiendo las zapatillas con la boca, Nico se las llevó a un rincón de la sala y se acostó para concentrarse en la faena de morderlas. Desde que Justin se compró esas zapatillas Nico había prestado toda su atención en ellas, y al darse cuenta de eso, Justin las había cuidado con su vida escondiéndolas de él. Pero justo hoy se descuidó y en menos de lo que pensó Nico ya los había encontrado al dejarlas tiradas en su habitación.
Ryan se rio por detrás.
- ¿Qué pasa, Justin? ¿Desde cuándo te dejas manejar por un perro? Yo si fuese tú le enseñaría quien manda en esta casa.
- Créeme que eso es lo que más me gustaría hacer.- bufó.- pero si lo toco _____ me corta las pelotas.
- Pagaría por ver eso.- sonrió y Justin lo miró mal.- vamos, no te enojes, pero ambos sabemos que Nico fácilmente te ganaría en todos los sentidos.
Y era verdad. Ahora, Nico no tenía el tamaño de un cachorro, sino que tenía el tamaño perfecto de un saludable Rottweiler adulto. Ryan miró su reloj de pulsera.
- Me voy. Se hace tarde y tengo que llegar temprano a casa, de seguro Bárbara ha de estar esperándome.
Justin asintió y Ryan se fue. Las últimas semanas, Ryan había viajado a Alaska para ver a Justin y pasársela bien, pero lo que nunca imaginó, fue que iba a conocer el amor de su vida. Ahora tenía a Bárbara y el tiempo que iba a pasar en Alaska se extendió.
_____ apareció en la sala bajando las escaleras después de haber llamado a sus padres. Desde el día en que les contó la idea de mudarse con Justin a Alaska, ellos la habían apoyado desde el principio, siempre y cuando los llamara continuamente para saber cómo estaba.
- ¿Ocurre algo, Justin?- preguntó ella mientras caminaba hacia él.- te noto tenso.
- Tu perro. Míralo.
Ella se volteó a verlo, y no pudo evitar soltar una carcajada. Justin la miró mal.
- No te rías, de verdad amaba esas zapatillas. Eran de los Lakers, edición limitada, ¿Sabes lo que significa eso?
- Bueno, te dije que si no las cuidabas bien, Nico te las iba a romper.
- Lo odio.
_____ puso los ojos en blanco. Sabía que no hablaba enserio, y que en lo más profundo de su corazón lo quería y que disfrutaba pelear con él.
_____ jadeó y se tambaleó hacia atrás. Justin la cogió del brazo y la miró, preocupado.
- ¿Estas bien?
Ella le regaló una sonrisa débil.
- Si, lo lamento. Es que el bebé da muchas patadas.
Los ojos de Justin se iluminaron. Suavemente, posicionó sus manos sobre su ahora abultado vientre y lo acarició. Justin pudo sentir bajo sus manos a su pequeño hijo moverse en el interior de su vientre y el corazón le latió rápidamente por la emoción. _____ tenía siete meses de embarazo, y cada día que pasaba y la veía con su hijo en su interior, como si fuese posible, él sentía que la amaba cada vez más.
- Dios, ya no puedo esperar a que nazca.- murmuró Justin con la voz temblorosa.
- Ni yo.- sonrió.
- ¿Crees que se enfade si te bese?- preguntó refiriéndose a Nico.
- No lo sé, pero a mi si me importa si no lo haces.
- Entonces, ven aquí.- ordenó con un ronco gruñido.
_____ sonrió y lo besó. Luego Justin se separó un poco y la miró con todo el amor que sentía por ella.
- Al fin soy feliz, _____. Tú me haces feliz.
FIN♥
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Suicida.-(Justin y Tu, hot) ❤️
Random¿Te enamorarías de tu secuestrador?... Pues eso pasa entre ____ Maslow y Justin Bieber, su mejor amigo de la secundaria, todo está bien entre ellos hasta que salen de la secundaria y cada uno toma diferentes caminos, ¿Pero que pasara cuando Justin...