Capitulo 1: Temporada Calor

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Narra Sara

Los días eran los mismos de siempre, silenciosos y solitarios. Era primavera. La estación mas odiada para mí, tenía la necesidad de bajar las escaleras todo el tiempo en busca de agua. Era agotador y frustrante estar en casa, estaba castigada porque tome el auto de mamá sin permiso, estamos en una edad en donde todo es diversión y locura, algo que es para mis padres ridículo, total son adultos.

-A este paso mejor deberías llevare el refrigerador a tu cuarto-Una voz masculina me sorprendió.

-Sabes que es temporada de calor Max es obvio que mi cuerpo necesita de algo refrescante-Dije mientras me serbia en un vaso con agua, de paso le agregue hielo. Una combinación perfecta.

-¿Quieres hacer algo? No se, ir a pasear por ahí-Lo mire de reojo.

-Sabes que estoy castigada, no puedo llevarte en el auto-Explique.

-Puedo conducir-No pude evitar carcajearme- ¿Que es gracioso?-Fruncio el ceño.

-Eres pésimo para manejar perdoname querido hermano pero creeme-Me señale a mi misma- Conduzco mejor que tu, por algo mi mamá no te presta mucho el auto-Sonreí victoriosa.

-Por lo menos yo no estoy castigado-Deje de reír-Punto para mi querida hermana.

-Punto para ti y para mi-Asintió- Tengo dinero, si gustas podemos comprar he...-Me interrumpió.

-¡Helados! ¡Vamos Sara!

-Lados...-Suspire- Que mas da-Agarre mi billetera y saque un billete.

Salimos de mala gana de la casa, nos dirigimos a un puesto de helados que se encontraba cerca de nuestra casa, eran las 2:30pm y el sol estaba insoportable, varias gotas de sudor se deslizaban en mi cara. Cuando llegamos, mis pupilas se dilataron cuando vieron los helados, Max salió corriendo en busca del suyo, obvio no me quede atrás y salí disparada por el mío.

-Ojala este de limón-Apreté mis ojos fuerte- ¿Se encuentra el mío?- Decía con los ojos cerrados.

-¡Tenemos suerte! -Abrí los ojos de golpe- Toma- Le arrebate de su mano el helado- De nada.

-Hmmmm- Saboreaba el helado.

-Mira nada mas a quien tenemos aquí- Volteamos y estaba la señora Rosa cruzada de brazos- No me digan, vinieron por el helado ¿Verdad?- Le enseñamos los helados-Por favor les suplico que no se lo acaben todo, cuando la gente viene siempre se queja porque no encuentra nada.

-Señora Rosa hay que admitirlo, los helados que vende son deliciosos-Se encogió de hombros Max.

-Ustedes han venido desde los 9 años, no me extraña que tengan la costumbre de venir cuando quieran.

-No se preocupe señora Rosa, trataremos de evitar no devorarlos todo.

-Esta bien, tengo que hacer cosas, adiós chicos.

-Hasta luego-Decimos en una sola voz.

Después de comer 4 helados, llegamos a casa satisfechos, mientras Max y yo platicabamos sobre cosas sobre la escuela, fijamos nuestra mirada a la casa que estaba a un lado de nosotros, al parecer nuevos vecinos se mudaban.

-Nuevos vecinos, nuevos amigos- Afirmó Max.

-Si tu lo dices-Rodee los ojos, un chico de cabello negro, con polera negra salía del auto, calculo tenia la misma edad que yo, 17 años, estaba asombrada porque era primavera. ¿Quién demonios se le ocurre ponerse esa ropa? A lo mejor el lugar donde venia habría frío pero ósea...aun así, me quitaría eso que llevaba.

-Tiene puesto una polera ese chico-Lo señalo.

-Si no me dices no me doy cuenta- Me miro serio. El chico que señalo hace rato me miro, su mirada era... ¿Seria? Pero después sonrió, algo que molesto a Max, lo cual provoco que mis mejillas se ruborizaron- L-lo mejor será meternos a la casa.

~Una Oportunidad Para Amar~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora