De regreso.

Hora del juego.

-¿Pensabas apuñalar me?-el mayor tomo el abre cartas, lo coloco en las manos de la chica y se apuñaló en el abdomen- Ja Ja Ja a ver a quien le creen ahora maldita-se siguió apuñalando unas dos veces más.

En el momento en que iba por la tercera apuñalada la puerta se abrió. Ahí fue cuando todos entraron y vieron a Kayano apuñalando a Karma. Por que al parecer el pelirrojo había soltado la mano de la chica desde la segunda apuñalada. De ahí en adelante todo fue en picada. La chica quedó muda, ella era la que estaba apuñalando por su propia cuenta al pelirrojo.

—É-Él me ataco primero—fue lo que dijo la de cabello verde.

Nagisa intervino de inmediato, quito a karma con delicadeza si se movía de más era muy probable que sangrara.

—¡Joder Karma no cierres los ojos!—grito Nagisa apunto de llorar.

—Ja Ja Ja cariño estoy bien, en el cajón de mi escritorio tengo unas vendas. No es mucho, pero mientras llegamos al hospital servirá de algo—dijo el pelirrojo jugando con el cabello de su esposo.

Maehara que estaba escuchando la conversación fue hacía donde indico su amigo para sacar las vendas, como decía el pelirrojo no era mucho pero de algo serviría mientras llegaban de urgencia al hospital. Él chico se detuvo a ver a Kayano, en serio no entendía por qué la chica decía que su amigo la ataco, la chica estaba sana, si Karma la hubiera atacado estaba seguro que hubiera terminado mal herida.

—Me das pena—le susurró a la chica con decepción—. Eres una enferma mental.

Nagisa estaba furioso, él único que estaba herido era su esposo, y eso no lo creía, su esposo podía ser de todo cierto, algo había echo y eso lo hacía sonreír.

—¡Joder! ¡Joder!—repetía mientras le ponía las vendas—¡Joder! Karma en serio joder. Eres un maldito. Pero como te amo. En cuanto a Kayano no dejen que salga de aquí, esta loca—fue lo que dijo mientras ayudaba a Karma pararse con ayuda de Isogai.

Karma tenía en el rostro una sonrisa burlona. Se lo dijo a aquella chica que era mejor irse, pero al parecer quiso jugar, pero aceptemos que contra Karma no había nadie mejor, a menos que estemos hablando de su esposo. Él pelirrojo estaba satisfecho, la trampa fue puesta, solo quedaba esperar en silencio el resultado de su engaño.

—Espero disfrutes tú vida cabello de pasto—dijo el mayor mientras le dedicaba una sonrisa burlona, que nadie más que Nagisa pudo notar.

La chica estaba en shock, ante los ojos de los demás ella estaba sana, pero ella podía jurar que fue apuñalada, podía sentir la sangre correr de sus piernas. Se estaba volviendo loca. Lo que ella no sabía era que cayo en el juego mental del pelirrojo. Ella quería jugar a ganar algo que no era de ella, nadie mejor para demostrarle como se juega que él chico.

—No sé que hiciste. Pero Joder Karma esta te costara caro—fue lo que susurro Nagisa a su esposo mientras se iban.

—Es hora del juego. Sólo eso cariño—murmuró.