La Fraternidad Rival ©

-¿Están preparadas? -preguntó Melanie acomodando su capucha.

Todas las presentes asintieron.

-¿Y tu, Nicky? -dijo la rubia.

Yo solo asentí, no sabia en lo que estaba a apunto de meterme. Pero la necesidad de estar en un grupo social era tan desesperante que estaba dispuesta a hacer todo. ¿Y que mejor que la fraternidad donde mi mejor amiga era la líder?.

-Bien, chicas -dijo Mel -abran paso, la iniciada empezará con su ritual.

Todas las chicas que estaban vestidas con batas y capuchas me dejaron llegar hasta donde estaba Melanie, esta me dio una especie de mapa donde estaba lo que tenia que hacer. Y era contra la fraternidad rival. Los Handsome Boys. Si, lo sé, que nombre más absurdo.

Después de aquello, me encaminé a la salida, donde iniciaba mi ritual. ¿Que si estaba nerviosa? Lo estaba.

Era casi la una de la mañana, ya todos estaban en sus dormitorios y yo era la única loca andando por ahí. Me detuve en frente de la gran casa de hombres, las luces estaban apagadas y no había rastro de nada ni de nadie. Las chicas me dijeron que ellos tenían una entrada secreta por la pared, hací que la busqué como indicaba en el mapa y cuando la encontré me di paso para poder entrar. Era algo difícil, pues era pequeño el túnel que me dejaría entrar.

Cuando ya estaba saliendo de el, todo estaba a oscuras, lo cual me impedía moverme a mi gusto, ya que podía hacer ruido.

Escuché un sonido prominente de unos dos metros de mí, era como un estornudo, lo cual me alarmó y decidí meterme otra vez al túnel, pero cuando lo intenté, este estaba sellado. ¿Que?.

Las luces fueron encendidas, haciendo que me alterara y me girara, dándome cuenta de que estaba siendo observada por los quince miembros de aquella fraternidad. Estaba en problemas.

Me habían descubierto.