Parte 1 Sin Título

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Doce años no es una edad conveniente para perder una madre, no hay ningún preparación mental para afrontar una vida sin una guía maternal, no hay madures sicológica para afrontarlo... pero en realidad ¿Cuándo una persona está preparada para perder una madre? ¿A los 40 años? He conocido personas a esas edades y al mencionarles el nombre de sus amadas madres en sus ojos puedo notar un vacio, algo roto; nunca se está preparado para decirle Adiós a esas personas amadas. Nacimos con ese vinculo con ellas, esas criaturas que brotan amor por sus hijos y hacen sacrificios incontables por ellos sin esperar nada a cambio.

Dicen que la vida toma rumbos diferentes con las decisiones que eliges, que eres dueño de tu vida, quisiera tener a esas personas en frente para demostrarles que dicen pura basura. El día de hoy esta tan nublado como esta mi corazón, llenos de tinieblas y miedos. Nunca pude decidir con respecto a la vida de mi madre, la tornadiza vida se impone de nuevo demostrando que no eres dueño de nada, que ella hace lo que se le antoja y quieras o no, debes seguir porque ella sigue.

Me contaba mi madre en su época de lucidez mental que la vida siempre te da oportunidades y los obstáculos solo los pone a las personas fuertes, que cuando te cierran una puerta, abren una ventana.... Que equivocada estaba. Con el paso del tiempo la vida le demostró lo contrario y aun así ella no perdió las esperanzas. Le diagnosticaron tumor cerebral maligno cuando estaba embarazada de mí, los doctores decían que fue detectado a tiempo y empezó con los tratamientos, al principio todo parecía ir muy bien, pero al cumplir mis ocho años, el cáncer se fue apoderándose de ella hasta su estado en coma, a partir de mis nueve años empeche a vivir con mis abuelos, a los diez años mi madre cayó en coma y hoy nos dan la noticia que su corazón no pudo más y nos dejo.... Por cierto, hoy cumplo mi decimo segundo año de vida.

Sentada en la cama de nosotras, observo la habitación que compartimos los últimos nueve años, todos nuestros momentos que vivimos los encierra las paredes de esta casa, puedo escuchar el eco de su risa, de sus pasos rápidos cuando me perseguía y jugueteábamos, sentir el beso apabullante en mi oído, el abrazo cálido y tranquilizador que solo ella sabia dar, la vida de mi madre se fue tan rápido como un hielo derritiéndose en mi mano, por más que me aferraba a ella más rápido se escurría las gotas de vida.

Observo una fotografía de mi cuando cumplí mis ocho años, mi madre la altero poniéndole encima una bata de doctora que consiguió en una revista adaptándola a mi cuerpo, diciéndome que siempre debía proyectar mis sueños para que se haga realidad, nuestro sueño siempre fue que estudiara medicina para curar personas enfermas como ella.

Me estremezco al escuchar unos toques en la puerta- Allison, ¿estás ahí?- dice mi abuela.

- Pasa.

- Te conseguí, ya es hora de irnos hija mía.

- Ya bajo abuela, solo déjame otro rato sola, por favor- contesto mirando los ojos tristes de mi abuela. Se acerca y me abraza lo suficiente para escucharla sollozar en mi cabeza.

- Te pusiste el perfume de ella- dice con su voz entrecortada.

- Lo siento, pero así siento que está a mi lado- digo con todas mis fuerzas para no romper en llanto.

- Tenga su perfume o no, siempre estará a nuestro lado cuidándonos...

Solo asiento con la cabeza y la veo marcharse cerrando con ella la puerta, dejándome de nuevo sola con mis recuerdos....¿A eso se redujo mi madre? ¿A ser solo un recuerdo mío?

Me miro en el espejo, mi abuelo siempre decía que yo era una fotocopia de mi madre pero en versión llavero. Compartimos el mismo cabello, negro oscuro y lacio, piel pálida exceptuando el color de nuestros ojos los de ella eran café claro y los míos son verdes; según mi madre saque los mismo que mi padre, quien nos dejo apenas supo que yo venía al mundo. Mi madre siempre me dijo que no le guardara rencor, que lo comprendiera, estaban jóvenes y el tenia sus sueños y solo se asusto... Mi madre se gano el cielo con eso, mas no pienso yo ganarlo, aunque yo no lo conozca lo aborrezco por completo.... Lo hubiera preferido mil veces muerto a él, que sufriera todo lo que mi madre sufrió, lo hubiera preferido mil veces a él...

Me limpio la lagrima que intenta escaparse por la comisura de mi ojo y salgo de la habitación, recorro el pasillo que ella camino, tomo todo el aire que puedo y lo contengo para no quebrantarme al ver los rostros de mi familia, bajo las escaleras evitando hacer contacto visual con alguien.

Se acerca mi abuelo tomando mi mano- ya es hora- dice buscando mi mirada.

- Hagámoslo- digo al mirarlo a los ojos.

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Sin saber quien soy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora