Almost

16.8K 1.3K 829
                                    

Mi padre llega unos momentos después y me regaña por hacer llorar a su amada mujer. Por suerte solo me regaña por unos minutos y luego se queda callado. Me hace un par de preguntas después, pero su voz es baja y no se pone molesto, así que no tengo problemas. Además, él sabe más de Hunter.

—No te voy a mentir, está mal. Perdió mucha sangre. Además el hierro estaba sucio y se infectó. No hay manera en la que su pierna se hubiera salvado ni aunque tú hubieras podido abrir eso.

Está diciéndolo para hacerme sentir mejor, pero sé que si hubiera sido lo suficientemente fuerte para abrir la trampa en la que Hunter metió la pierna, él al menos no se hubiera desangrado y yo no hubiera recibido cuatro disparos.

—Está bien llorar por esto. Es algo bueno —me tranquiliza, pero no lo haré de todos modos, al menos no todavía. No quiero llorar frente a nadie.

—Tú nunca lloraste.

—Claro que lo hice, sería inhumano si no lo hiciera. Viví cosas peores en Irak, en el ataque... mientras el avión caía, estaba llorando como un bebé.

—Pero tú me dijiste que nunc...

—Es diferente llorar por mierda estúpida a llorar por este tipo de cosas. Muy diferente.

Se queda callado después de eso y lo aprecio. La platica se estaba poniendo demasiado profunda para mi gusto.

A pesar de que no me siento cansado, mis ojos se cierran y lo único que puedo hacer es concentrarme en recordar lo que pasó, pero aun no logro que todo regrese a mí.

Solo sé que teníamos una misión para rescatar a algunas mujeres de una red de prostitución. Era una red menor, sin ningún modus operandi sofisticado, solo un par de hombres que decidieron hacer dinero vendiendo a sus hermanas, hijas y conocidas. Todos vimos esa misión como una oportunidad de salvar mujeres y sentirnos mejor por lo que habíamos visto hace unos meses y de lo cual no estábamos del todo recuperados. O, al menos yo sentía eso, pero resultó ser completamente inútil.







{ Crystal }






—Aquí obviamente hay una equivocación —me río, consiente de que sueno como una loca histérica. Mi padre pone su pesada mano en mi hombro para calmarme, pero mis dedos están temblando con coraje reprimido— porque no hay manera en la que yo no pueda pasar a ver a mi novio. Mi novio que acaba de ser bombardeado en la guerra y está en su lecho de muerte.

—Lo siento mucho, señorita, pero aquí dice que Crystal Angelo no está permitida en la hora de visita.

—Entonces mi nombre es Pancracia. El caso es que necesito entrar. No sé porque estoy en esa lista, pero podemos pretender que yo no soy Crystal.

—Lo siento, pero no se puede. El señor Justin Bieber ha requerido personalmente que usted no lo visite, y debemos seguir sus ordenes.

Oh...

Así que él no quiere verme.

—Está bien linda, ya se le pasará —me asegura mi padre y nos sentamos en la sala de espera a un lado de Pattie, quien está limpiándose unas silenciosas lagrimas. Ella y mi padre se saludan y hablan un poco pero yo estoy demasiado ocupada odiando a Justin.

He estado muriendo de la preocupación y el desespero por meses, malgastando mi tiempo pensando en un futuro con él. Y cuando mi padre me dijo que estaba hospitalizado, casi muero. Y él no me quiere ver. Eso es completamente injusto, lo único que hace es probar mi teoría de que en efecto, él no siente por mí lo mismo que yo por él. Era de esperarse, para ser honesta, pero aun así duele.

Dear SergeantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora