Un dia vas andando por la calle, ves a la gente apurada, los coches golpean sus vocina con ansia por avanzar, la lluvia cae ligeramente sobre tu cuerpo,y es ahí, donde te das cuenta de que estas sola, simplemente sola, pero no eres la única, te paras en medio de un paso de cebra y los vocinazos de los coches van dirijidos a tí , ves ese vagabundo de la esquina temblando de frío, ves a gente muy bien arreglada saliendo de tiendas caras, la lluvia aumenta, y en ese preciso instante dejas de escuchar a la gente, a los coches, a la lluvia, no escuchas absolutamente nada, porque estás sola, en toda esa multitud sigues sintiendote sola y nada puede solucionar eso. Sales de ese paso de cebra, y caminas hacia ese vagabundo, está temblando, te sientas a su lado hacercando las piernas al pecho y suspiras, la gente adinerada, los coches con prisa siguen allí intentando llegar a su destino lo antes posible y tu, deseando finalizar tu vida, sueltas un susurro que realmente, nadie puedo escuchar, pero aquel vagabundo si, te pregunta el por que, el por que quieres morirte y tu, simplemente no le contestas, recuesta su cabeza en la pared y pone las rodillas en el pecho, igual que tu y comienza a decir...
-Sabes, creo que el número de veces que eh deseado yo eso es mayor que la gente que hay aquí, y los intentos superan por mil las veces que lo eh dicho, pero sigo aquí no se porque realmente no tengo ni familia ni amigos, pero apuesto a que tu si, claro que no intento cambiar tu idea del mundo, llevo aquí sentado observando a eta gente dias y dias, hasta meses. Siempre me fijaba en las bolsas de massimodutti, en los coches de grandes marcas, en la gente guapa, la que camina con aire de superioridad, pero un dia, no me acuerdo de que dia fue exactamente pero se que desperté mucho antes de lo que solia dormir y contemple como esta calle se llenaba, la monotomía ocupaba este espacio todos los dias, un niño con su padre pasó por delante de mi, el padre iba con la cabeza erguida y un traje bien planchado, llevaba a un niño de la mano, ese niño me miro fijamente a los ojos como poca gente lo habia hecho en toda mi vida y sonrió, desde aquella solo me fijo en las sonrisas de la gente, observa todas las sonrisas que hay en esta calle.
- No hay- aquel hombre me miró y sonrio
- El dinero no compra la felicidad , supongo que ya habrás escuchado muchas veces esa frase.
- ya pero- comence a decir
- y los amigos tampoco, empezando por tu madre y tu padre quisieron que aparecieras en esta vida, tus amigas, y tu perro si tienes es el que mas confia en ti, lo veas o no, la felicidad de muchos depende de ti, de unos cuantos huesos y un corazon y creeme que si supieran que estas sentando al lado de un vagabundo, de mi, piendome consejo, alomejor no les asustaria, pero si la razon del por que estás aqui a mi lado es porque no crees en ti misma, me equivoco? El silencio es la mejor respuesta que podrias dar y efectivamente. Perdona que te diga que puede que el 99% de la gente no crea en ti y pensaran que eres una inutil pero, enserio, mira todas esas personas que andan rapido, sin una sonrisa, enserio le vas a poner tanta importancia a toda esa gente, principalmente cree en ti, en como avanzas en la vida en como tienes la capacidad de sonreir.
Un hombre con un niño se paseo por delante de los cartones en los que estabamos sentandos, el niño nos miro y dejo escapar una pequeña sonrisa que dejaba ver sus dientes de leche
- precioso verdad?
- si- le respondí
- pues permiteme decirte que tu tienes el mismo poder sobre la gente.
Y despues de esas palabras me desperte.