Halloween

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31 de octubre, noche de brujas, todos los niños del vecindario salían a pedir dulces con sus disfrazes elegidos para la ocasión. Obviamente, el pequeño Alejandro, con su disfráz de Drácula y el pequeño Frank con su disfráz del Hombre Lobo no se quedaron atrás y les pidieron permiso a sus padres para salir a la calle a jugar y divertirse haciendo algunas travesuras a los que no les daban sus preciados dulces.

-Frank, ¿podemos ir a la casa de la señora Madison? Ella siempre nos da galletas- Preguntó el pequeño Alex con una expresión de niño bueno, sabía el efecto que tenía eso en su amigo.

-Vale, pero sólo porque me miras así y me causas mucha ternura- Respondió su amigo riendo mientras revolvía los cabellos oscuros del pequeño.

-Gracías! Eres el mejor- Seguido de esto el pelinegro le dió un beso en la mejilla a su amigo, dejándolo con un millón de sensaciones nuevas que no conocía, entre ellas unas "mariposas" que revoloteaban en su estómago y lo ponian nervioso.

Y así pasaron toda la noche, yendo de casa en casa recolectando dulces, para luego ir a dormir a la casa de Alex. Ya en la cama siguieron hablando de todas las aventuras que vivieron en ese mismo día, eso claro, hasta que Alejandro se quedó dormido.

Frank no podía dormir, su mente no dejaba de pensar en las cosas que sentía por su mejor amigo, mientras lo observaba dormir. Se le hacía muy lindo, su cabello despeinado le daba un aire tierno mientras que su expresión relajada le transmitía tranquilidad.

Fué cuando su vista se posó en sus labios que una idea un poco alocada cruzó por su mente. Quería besarlo.

Rapidamente se acercó al pequeño cuerpo de su amigo, y con cuidado de no despertarlo tomó su mentón con delicadeza uniendo sus labios en un tímido beso. Las mariposas que sentía antes no se comparaban en nada con las sensaciones que tenía en ese momento. Más que mariposas parecía un zoológico entero.

Luego de unos segundos se separó lentamente con su rostro completamente rojo de la vergüenza y una sonrisa boba en sus labios. Volvió a su cama y se dió la vuelta para intentar dormir pero no podía conseguirlo, todas esas emociones seguían ahí y dudaba que se fueran algún día.

Había besado a su mejor amigo y le había gustado, aunque Alejandro nunca se enteraría de lo que había pasado esa noche, sería un secreto que se llevaría a la tumba.

Este había sido el mejor Halloween de su vida, pues nunca imaginó que después de un par de años Alex le diría que estaba enamorado de él y que esa noche, en su habitación, el pequeño en realidad no estaba dormido cuando lo besó.

¿Quién diría que con un simple beso de niños saldría una relación tan buena, tierna y pura cómo la que tenian Alejandro y Frank?

Halloween ~ [Drabble StaXxBY]Where stories live. Discover now