capitulo 9

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Desde allí fue muy poco lo que supo de Blanco, aunque por los testimonios de narcos capturados se comenzaron a revelar historias increíbles.

Se dijo que tenía un joyero avaluado en más de 10 millones de dólares (entre ellos un diamante rosado de 25 quilates que fue de Eva Perón), que en su ajuar había más de 300 pares de zapatos y que tomaba té en una vajilla que fue de la reina Isabel.

También que andaba siempre en varias limosinas negras o en lujosos Ferraris con un grupo de pistoleros que no la dejaban sola porque nunca aprendió a manejar, ni a leer, ni a escribir.

Sus excompañeros contaron que su casa era una especie de templo dentro de la mafia de Miami, en donde no solo se realizaban fiestas con orgías sexuales sino que se bendecía la mercancía.

Antes de despachar un cargamento ellos solían frotar una estatua de la Madrina que les garantizaba la suerte. También se supo que no había nada que le sacara más la piedra a que la llamaran gorda.

Según el libro de Mermelstein, por ese comentario mandó descuartizar a un hombre, lo metió en una caja y lo dejó a las afueras de Miami.

Griselda Blanco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora