Capítulo 1:
Marcos se despertó, cansado y sin energía para tratar todo el día que le quedaba por delante.
Fue hasta la cocina -que estaba llena de porquería y desperdicios por todas partes- y agarró la fregona que se encontraba al lado de la puerta para entrar a ella.
Se puso a limpiar la casa con gran afán e ilusionado por comer con sus padres, Ramón Fernández Espigado y Gloria Vargas Montero. Hacía tiempo que no disfrutaba de una alegre comida en compañía de su familia, contando sus famosos chistes y planes para la vida. Así como sus sueños y esperanzas. La razón de aquel encuentro era fácil de entender: querían pasar una velada con el marido de su hermana, que por cierto, se llamaba Eva María, como la canción de Formula V.
Eva Maria se fue
buscando el sol en la playa
con su maleta de piel
y su bikini de rayas
Ella se marchó
y solo me dejó
recuerdos de su ausencia
sin la menor indulgencia
Eva María se fue
Paso las noches así
pensando en Eva Maria
Cuando no puedo dormir
miro su fotografía
Que bonita está
bañándose en el mar
tostándose en la arena
mientras yo siento la pena
de vivir sin su amor
Qué voy hacer
qué voy hacer
Qué voy hacer
si Eva Maria se fue
Qué voy hacer
qué voy hacer
Qué voy hacer
si Eva Maria se fue
Apenas puedo vivir
pensando si ella me quiere
si necesita de mi
y si es amor lo que siente...
Su padre desde siempre fue un gran fan de esta banda de pop y decidió que a su hija no había nombre más bonita para ponerle que ese y pidió a toda la familia que no abreviáramos el nombre del nuevo miembro.
Sentía lástima por Eva María pero nada podía hacer por ella y tampoco quería ayudarla a convencer a sus padres diciéndoles que no era ese el mejor futuro para nadie, ni tan siquiera para ella. Sería deshonrar a las personas que le trajeron al mundo, ¡ni hablar de eso!
Cuando acabó de barrer, hacer la cama, limpiar el suelo y el sofá con toallitas del baño -no había otra cosa-, pues fue hasta el sofá, cansado aún y se tumbó allí, bostezando y desperezándose.
A continuación, cogió un libro: Lo que el viento se llevó, acarició la fina tapa y dio un tierno beso a la primera página de la "obra maestra".
Su gran aficción era leer y cuando aprendió este bello arte, supo que tenía el poder para descifrar códigos y leer historias, ficticias y reales.
Se cogía de la biblioteca, 3 libros por semana y estaba orgulloso de ello. Su interior era una hoguera, calcinada por el deseo de leer cada día más y de empaparse de sus lecturas. Hasta aquel día, sulibro favorito era Platero y yo, obra por la que no hace falta que haga una sipnosis, cualquiera sabría de que va.
La portada fue hermosa y no le quedó más remedio que comprarlo. Era compacta y dura y había una tierna ilustración en la que aparecía un hermoso burro y subido a él, un chico enfermo. Pero luego, la realidad del libro es muy pero que muy dura. Es una crítica a los españoles, a los que maltratan a los animales y una dura realidad: la pobreza, la inoncencia -esto se puede ver cuando los niños hablan de las posesiones de sus padres. El célebre escritor lo narraba así: Reloj que levantará la madrugada, escopeta que no matará el hambre, caballo que llevará a la miseria-. En general, todas estas cosas.
De pronto, un ruido hizo que el muchacho despertase de la dulzura por la que lo envolvía la lectura, tras cada palabra que sus labios dejaban traslucir.
Era el timbre de la puerta, lo que decía que sus padres estaban fuera, esperándola, posiblemente acompañados de la pareja, a la que habrían recogido primero.
Fue corriendo afuera para que ellos dejaran de pitar de una vez. Sus padres eran muy atacados por estas razones.
Su madre, la que apareció primero, era tierna, sumisa y de bastantes rasgos de belleza; no se dejaba vez. Llevaba puesto un velo como las moras para no provocar a ningún hombre y luego se lo quitaba para que nada más que su marido la pudiera contemplar. Sus hijos jamás vieron su rostro. A día de hoy sólo tenían bocetos en su imaginación... Así de posesivos eran los hombres.
Su padre, por el contrario, era duro, maltratador y feo, tan feo como pocos y tan inhumano como muchos. El Vengador, ese debió de haber sido su mote porque otra cosa no pero terrible sí...
Detras de ellos, se encontraba su hermana y su pareja.
-¡Hola! ¿Te llamamos en un momento privado? -preguntó su padre, haciendo alusión a las mujeres y el sexo.
-¡No! -casi gritó-. Llegásteis en el momento más apropiado. ¿Pasáis o nos vamos?
-Me gustaría ver donde vives. ¡Por Dios! Es que nunca sales de tu abujero. ¡Pareces una mujer haciendo la casa! Pídele la mano ya a alguna chica guapa y que ella tenga que cargar con eso.
"Machista, hipócrita, mamarracho, mujeriego" pensaba, fastidiada, Eva María.
-Bueno, vamos -anunció Gloria, cortando la charla.
Habían decidido ir al Cano; era un restaurante algo mediocre pero el dinero, si contabas la hipoteca y demás cosas, no era para más.
