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PV NEZUMI.

Hacía ya dos semanas que tenía a Shion en casa y muchas veces tenía que tirar de autocontrol para no lanzarme a su cuello. Me lo ponía muy difícil. Sobre todo por la noche. Dormíamos en la misma cama y me era muy complicado no sentir como mis bajos instintos aparecían. A este paso la cosa acabaría muy mal para ambos.

Como todos los días,  Shion me pidió otro libro para leer pero el libro le pareció aburrido y empezó a molestarme.

-Nezumi cuéntame cosas sobre ti.

-Ya sabes suficientes.

-No... Cuéntame más. No seas malo.

-No seas pesado.

Me senté a su lado con un libro y empecé a leer. Sentí cómo la mano de Shion me acariciaba el brazo donde tenia grabado mi número de recluso. Me gustaba como se sentía. El apoyó la cabeza en mi hombro y pasé el brazo por sus hombros para que se tumbase un poco más.

-¿Puedes leerme un poco?

-Claro. "Ser o no ser, ésa es la cuestión. ¿Cuál es más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darlas fin con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sin número, patrimonio de nuestra débil naturaleza?... Este es un término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir... y tal vez soñar. Sí, y ved aquí el grande obstáculo, porque el considerar que sueños podrán ocurrir en el silencio del sepulcro, cuando hayamos abandonado este despojo mortal, es razón harto poderosa para detenernos."

Noté que se iba quedando dormido. Dejé el libro a un lado y nos tapé con una manta. Mi madre hacia lo mismo cuando era pequeño...

~FLASBACK~

Yo era un niño feliz. Vivía con mis padres y mi hermana pequeña. Vivíamos en la parte más apartada de la nueva cuidad que se estaba edificando. No.6 se iba a llamar. Mis padres no estaban de acuerdo con la construcción de esa ciudad. Decían que traería consecuencias muy negativas para todos los que vivíamos en la zona pobre.  Y tenían razón.

Jugaba con mi hermana fuera de casa cuando unas máquinas llegaron a la cuidad. Nuestros padres nos hicieron entrar en casa y escondernos. Nos escondimos en el armario dejándolo un poco abierto. Abracé a mi hermana apoyándola contra mi pecho para que no viera nada.

Unos soldados entraron en nuestra casa y sin venir a cuento, dispararon a nuestros padres. Mi hermana gritó al oír los disparos y yo la abracé más fuerte.

Los soldados habían descubierto nuestro escondite. Nos sacaron de ahí e intentaron separarnos. Tanto mi hermana como yo intentamos resistir pero al final nos acabaron metiendo en un camión y nos llevaron hasta una especie de centro de reclusión donde a los que aceptaban lo que decían los de No.6, les ponían en libertad. ¿Después de haber visto como mataban a mis padres a sangre fría, creían que les iba a aceptar? Iban listos.

Estuvimos cerca de cinco años en aquel centro. Tanto mi hermana como yo salimos. Pero cada uno por diferentes puertas.

Tenia doce años y mi hermana diez. Estábamos en nuestro cubículo cuando un soldado entró, me ató a un instrumento que había en la habitación para hacernos "entrar en razon". Un potro de tortura.

El soldado cogió del pelo a mi hermana y la violó ante mis ojos. Ella me pidió ayuda pero no pude hacer nada por ella. Cuando el soldado acabó con ella, le disparó en la cabeza. Ya no tenía fuerzas para nada.

Al día siguiente, durante la comida, el mismo soldado se acercó para reírse de mi y aproveché para coger un tenedor y clavarselo en el cuello. Rápidamente, me llevaron a una verdadera cárcel donde me tatuaron a fuego el número que me pusieron en aquel centro. VC103221.

~FIN DEL FLASBACK~

Estuve en esa cárcel hasta los diecisiete,  es decir, otros cinco años más. El resto de mi vida se reducía al instituto y las representaciones hasta el día que conocí a Shion. El me había devuelto la alegría.

CONTINUARÁ

Entre Ratas Y LilasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora