¿Hermana o madre?

Los días siguientes.

Los días siguientes fueron los más duros, la casa vestía de luto, sin ir de negro, los ojos hinchados de mis hermanos, las miradas caídas de mi padre... Mis amigas venían a verme, a que les explicara porque me había dejado la escuela y porque ya no salía con ellas, pero nunca las atendía, siempre atendía alguno de mis hermanos, hasta que un día se me ocurrió decir que iba a irme de intercambio un año entero, para que dejaran de preocuparse por mí.
Después de esto, las semanas siguientes fueron mejorando, yo ayudaba a mis hermanos a hacer las tareas del colegio, como hacía siempre mamá conmigo, pero también ellos aportaron mucho de su parte, nos hicimos un horario con cada tarea asignada, los más pequeños ponían la mesa y fregaban los platos, y los más mayores cocinábamos y fregábamos el suelo, papá, mientras tanto, trabajaba sin parar para darnos de comer a todos.
Pasaban los años y yo crecía encerrada en esa casa.
Una tarde de primavera, 13 de abril, tres días antes de que yo cumpliera los 16, se mudaron a la casa de enfrente unos nuevos vecinos, ellos eran una familia pequeña, en comparación a la nuestra. Mi papá nos pidió que fuéramos a darles la bienvenida, y eso hicimos.
Llamamos a la puerta y nos abrió un chico moreno a quien apenas se le veía la cara, porque llevaba una bufanda enooooorme, o así la describió Camila. Tenía los ojos marrones brillantes, era guapísimo.
Yo: hola! Somos los vecinos de enfrente, encantados. Yo soy Marissa, y estos son mis hermanitos. Tú cómo te llamas?
Xx: hola! Soy Felipe, pero me podéis llamar Feli.
Claudia: cuántos años tienes Feli?
Feli: 17! Y tú?
Claudia: yo en octubre haré los 13!
Feli: Jajaja. Bueno chicos, un placer. Ahora tengo que deshacer las maletas, nos vemos pronto!
Yo: adiós!
Feli: adiós Marissa, un placer! Espero verte pronto.
Y ese espero verte pronto cambió el rumbo de mi vida, al menos el que llevaba desde hacía 3 años.