Mi querida primogénita Clarita,
Hola hija. Sé que esta carta parece muy rara, particularmente una carta de tu padre que no has visto hace mucho tiempo. Sin embargo, te pido un gran favor y lee esta carta que he escrito por ti.
Yo soy Vicente de la Vega Olmeda, tu padre. Vivo en Tepehuanes, Durango en un pueblito que se llama Los Pinos. Tengo 65 años con una esposa maravillosa que se llama Lupe y una hija, tu mediahermana que tiene 19 años y se llama Alejandra.
Quería presentarme a ti otra vez porque sé que ya soy un extranjero para ti más que alguien quien estaba parte de tu vida. Ya sé que debía comunicarse contigo hace mucho tiempo y no solo desaparecer de tu vida sin avisarte. No hay ningún pretexto para convencerte lo que hice es por tu bien.
Sin embargo, quiero pedir por tu perdon mi'ja. Es mucho que pedir de un papá que casí no existía en tu vida pero todavía, eso es lo que quiero en la vida. Lo siento por no luchar por ti. Lo siento por no ser parte de tu vida, de todos los éxitos que has tenido en tu vida. Lo siento por todas las cosas que no te he dado.
Si estas preguntando que después muchos años, por qué hoy, es porque no tengo mucho tiempo en este mundo. Antes de morirme, lo único que quiero es verte y pasar tiempo contigo en mis últimos días. Sé que es demasiado pedir .
Mi último deseo es verte y conocerte, darte las respuestas que quizás no has tenido. Ya sé que tienes muchos asuntos que hacer y cumplir ahí en el DF y por eso, no te culpo si no puedes venir aquí. Sin embargo, espero que respondas y me preguntes. Sólo quiero escucharte.
Tú no sabes cuanto te quiero muchisimo mi Clarita. Mucho más que mi propia vida.
Saludos,
Chente
...
Bosque de Chapultepec, Ciudad de México, Distríto Federal
No lo puedo creer.
Todavía, no sabe como reaccionar ni como sentirse. No puede evitar la curiosidad, el dolor y la confusión que está sentiendo. Ha corrido unas vueltas en el parque donde siempre hace jogging diario, con la intención de aclarar su mente, olvidar las miles preguntas que tiene o ha tenido para su papá o mejor, para Chente, y preparar antes de hablar con su mamá.
Quería llorar. Se sentía como una niña de kinder con sus ganas de llorar. Sin embargo, el dolor de seguir corriendo ya está suficiente para reemplazar el dolor de su corazón o el vacío al fondo por lo menos.
Cuando se sentía su corazon pegando a su pecho, Clara por fin se detiene para respirar. Recogio su botella de agua para hidratarse y sin saber, las lágrimas empiezan a caer.
--Señorita, estás bien?-- Una de las mujeres caminando la pregunta. Se seca lagrimas, ella sonrie, --Estoy bien, gracias--
Pero no está bien. Quería llorar y llorar más. Clara respira profundo. Ya basta Clara.
Decide ver su mamá
...
--Mi hija preciosa, hace mucho tiempo sin verte!-- Dice Diana, la mamá de Clara, besando su mejilla.
--Hola mamá, ¿cómo has estado?--
--Bien bien, pasa.--
La casa de su mamá no ha cambiado desde la última vez que la visitaba. Hace 4 meses que se reunieron porque las dos tienen sus propios asuntos que tienen que atender. Su mamá es una gran actríz y como ella, un gran figura social en México mientras que Clara es una figura importante en los artes y el mundo de la moda que está desallorando rapidamente en la ciudad.
Su casa también está ubicada en la colonia Lomas de Chapultepec, una de las colonias más exclusivas en el DF. Clara le encanta ir a la casa de su mamá para relajarse. También, le encanta su propio departamento en Polanco pero se siente tranquila en el hogar de su mamá, fuera de la gente visitando el museo de Soumaya y Avenida Masaryk.
Lo más importante es que Diana es un gran ejemplo para Clara y la respeta y admira muchísimo. Aunque tienen que soportar mucha gente que solo importa la lana y sus estados en la sociedad, Diana es una persona que sabe quién es y lucha por las cosas que valora. Ella es la guía de Diana y su mejor amiga.
--Citlali, nos prepara un cafecito, por fa? Y también, traelos en el patio. -- pide Diana
--Si señora, lo que usted diga--
--Muchas gracias nena--
...
--¿Estás bien Clarita? Parece muy rara.-- Diana dice, mirando a los ojos preocupados de su hija.
--La verdad, no.--
--¿Qué pasó?--
Clara la miró, respirando antes de responder--Papá, o Chente me mandó una carta--
Diana estaba tan sorprendida que casí se ahogó. --¿Cómo?--
--Así es mamá. La recibí ayer.--
--¿Y qué... qué dice?--
Clara sacó la carta de su bolsa, dándola a su mamá--Aquí--
Diana tomó su tiempo de leerlo. Ella aún está sorprendida acerca de la carta de su ex-novio, el padre de Clara. Y las lagrimas empiezan a caer cuando se dió cuenta que él está muriendo. Aunque no han sido parte de las vidas del uno al otro y nunca sabía la razón porque se alejó de su hija, ella no tiene ningún remordimiento. Tenían algo especial cuando estaban juntos.
--Y... ¿qué te parece?--
--Jaja! De verás, no sé. Confundida, me parece una falta de respeto. No sé. Y estoy aquí para pedir por tu consejo.--
Diana agarra la mano de su hija, sus ojos mirando suyos
--Clara Montserrat de la Vega Huerta, te quiero muchisimo. Aunque no hemos platicado mucho sobre su papá, quiero que te acuerdes porque te dí su apellido. No sólo porque eramos juntos. Te dí su apellido porque apesar de todos, su papá es un buen hombre en el fondo. Aunque también no sé todavía porque se fue, pienso que vale la pena reconocer su papá y preguntarle por las respuestas que no te podría dar. Dale una oportunidad Clara.--
--Es lo que tú necesitas. Tomar un descanso fuera de la ciudad y reconocerte a tí misma también.--
Clara respira profundamente otra vez y tomé su decisión.
Tiene que comprar un boleto de avión para Tepehuanes, Durango, México.
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Un amor norteño
FanfictionSe me antoja llenar una noche con tus caricias Que a tu cuerpo se le haga Tarde para hacerme el amor - Los Primos de Durango, Fuego en tu piel ... Clara de la Vega Huarte viene de la alta sociedad en Ciudad de México. Su vida ha sido así: entrevist...