Nightmare

36 3 3
                                    

-Si quieres dormir en el asiento trasero esta bien.-

Me exalté al escuchar eso, no había visto entrar a Sebastian.

-¿Cuanto tiempo llevas ahí?-

-Quince minutos.-

-Vaya, no me di cuenta...- Dije frotando mi cien.- Me distraje pensando.

-¿En que pensabas?- Preguntó curioso.

-Cosas, nada importante..-

-Esta bien.- Asintió.- Yo dormiré en el asiento del copiloto y tú atrás ¿estas bien con eso?

-Claro.-

Me pasé al asiento trasero y puse mi maleta en el suelo del auto; busqué una de las mantas que Sebastian tiene bajo el asiento y me arropé. Pasé aproximadamente 20 minutos retorciendome incomodo, el asiento no era para nada suave y era muy pequeño por lo que no cabía mi cuerpo completo y debía dormir con las piernas dobladas, esta sería una noche terrible teniendo en cuenta que padezco de insomnio.

Suspiré y me puse a pensar en qué me gustaría que pasara, qué aspectos me gustaría cambiar y cuales no, los pro y contras de todo; Es el mismo circulo vicioso de todas las noches...

Empecé a cerrar mis ojos poco a poco, todo a mi alrededor se volvía cada vez más borroso y oscuro hasta que caí en un profundo sueño.

<<Me encontraba en medio de la carretera, los arboles del bosque decoraban los alrededores, era verano y se veían preciosos, con sus hermosas hojas de un color verde vivo hacían de este un paisaje perfecto. Empecé a caminar sin rumbo, mientras avanzaba me di cuenta de que las flores se marchitaban y las hojas de los arboles se secaban y caían a cada paso que daba. El cielo se nubló de repente, como si estuviera a punto de dar lugar a una tormenta.

Escuché un estruendo y me dirigí hasta donde provino, me encontré con una escena horrible, aquel instante de mi vida que me ha torturado por años y que siempre esta presente en mis mas oscuras pesadillas.

Divise a un chico el cual estaba arrodillado dándome la espalda, escuché su llanto desesperado, gritaba por ayuda, pero nadie podía escucharlo, nadie podía ayudarlo...

En ese preciso momento sentí un dolor punzante, miré mis brazos llenos de heridas, había mucha sangre en toda mi ropa y todas mis fuerzas se estaban esfumando. Caí al suelo rendido y el chico se dio la vuelta para mirarme, ver sus ojos llenos de lágrimas hizo que el último pedazo de mi corazón se rompiera.>>

Desperté asustado, lágrimas caían por mis mejillas descontroladamente al recordar ese momento, esa herida abierta.

Sentí los brazos de Sebastian rodearme y escondí mi cara en su pecho, él susurraba palabras bonitas para calmarme y en ratos besaba mi frente. Él no es solo sexo y fiesta desenfrenada, también es comprensión y consuelo.

-Shhh, bebé, todo esta bien.- Dijo acariciando mi cabello.

Balbucee algo incomprensible y miré a Sebastian en busca de una respuesta, él secó mis lágrimas con una de las mangas de su chaqueta y sonrió con dulzura.

Me acomode en su pecho de nuevo y él me acariciaba el cabello mientras cantaba una canción de cuna. Ambos nos quedamos dormidos, uno abrazado al otro.

A la mañana siguiente desperté sobre Sebas, él seguía durmiendo así que no me moví para no despertarlo. Miré la hora en mi celular, eran las 8:32 de la mañana, era temprano así que podía dormir un poco más, pero decidí que lo mejor era no hacerlo y esperar a que Sebastian despertara.

Casi dos horas después me cansé y lo desperté yo mismo, me miró con molestia y se escondió bajo las cobijas como un niño, entonces empecé a saltar sobre él y me empujó fuera del asiento.

-¿Que tengo que hacer para que te despiertes?-

Asomó un poco su cabeza al escucharme.

-Hay algo que puedes hacer.-

-¿Que es?- Se lo que es, pero me parece divertido hacerme el tonto.

-¿Coger?- Asomó sus ojos para mirarme.

-La verdad es que si se me apetece.-

Pude notar su cara triunfante, lo cual me dio risa.

-¿De que te ríes?-

-Nada, solo hagamoslo ¿si?- Dije divertido.

Me posicioné sobre él y lo besé, él puso sus manos en mi cadera y apretó mi trasero.

La erección en mis pantalones se marcaba cada vez más y él ni hablar, podía sentirla casi perforando mi trasero. Me quitó la camisa y la aventó por ahí, empezó a lamer mis pezones y mi abdomen hasta llenar a mis pantalones, pude jurar que solo duró un puto segundo en quitarmelos de encima.

Acaricio mi miembro por encima de la suave tela del boxer y lo bajó con sus dientes, tomó mi miembro entre sus manos y lo metió a su boca, lamia de la base hasta la punta, era como estar en el cielo.

Estaba a punto de correrme cuando dejó de hacerlo y empezó a buscar algo entre las bolsas del súper mercado, sacó un condón y lo abrió, me hizo un gesto para que abriera la boca y lo metió alrededor de mis labios.

-Bien, es hora de sacar el Sebas-saurio.-Dijo y se quito los pantalones y los boxers.

Me acerqué y coloqué el condón alrededor de su pene con mi boca, él introdució tres dedos en mi trasero y los movió de una manera en la que casi llego al orgasmo. Sacó sus dedos y rápidamente alineo su miembro con mi entrada y lo introdució casi completamente, se mantuvo quieto durante unos momentos para que me acostumbrara y luego empezó a moverse y aumentar la velocidad de las embestidas.

-Aaah... ah, Sebas.. aah.- Gemí en su oído a propósito, se que eso lo prende más.

Besó mi cuello y dejó marcas rojas que resaltaban bastante en mi piel blanca, pero no les tomé importancia, dejaron de ser un problema hace un tiempo.

Me corrí entre nosotros y ¡Dios! Estaba en un pedazo de cielo, Sebas siguió embistiendome unas cuantas veces más y luego se corrió dentro... del condón obviamente.

-Eso estuvo genial.- Dijo agitado.

-Maldita sea ¡si!-.Dije recostandome a su lado.

Nota: Espero les haya gustado :') comenten si quieren más.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 27, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DreamcatcherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora