Dulce Martirio

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Estas clavijas
que sostienen mi insomnio, yo las puse al ver tu mirada, para observar si un atisbo de  inspiración llegaba en esta noche de luna desconsolada, pues el sudor de mi frente que en ese instante era exprimido me ayudó a comprender que tú provocaste que mis ojos brillaran. En aquél momento dejaste al desnudo un nuevo brote de melancolía, algo absurdo, pero en esto, no hay ironía, quiero tenerte en mis brazos, alma mía.

El insomnio me es mortal, pero estoy dispuesto a cortar el tiempo para seguir pensando en tí.

Sé que no será en vano, esto que hoy hago, las llagas ya las tengo, si por mi ilusión se abre otra más, de ella escurrirá tinta que escribirá por mí nuevos versos.

Dulce MartirioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora