Donde todo comenzó

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Yo que seguía en lo mismo, cambiaba de colegio cada año, siempre por la misma razón...Chicas.

Yo era un pobre diablo cualquiera, un rubio que hablaba cosas sin sentido, que le encantaba explorar, amaba los deportes en especial el fútbol pero no sabía que era lo que ellas encontraban en mi.

Y yo de pendejo, cada vez de que aparecía una oportunidad de un beso nunca la desaprovechaba. Teniendo novia o no.

Hasta que un día luego de una largas vacaciones de verano, volví a lo mismo. Cambie de colegio, hice nuevos amigos etc.

El punto es que siempre llegaba al comienzo conocía chicas, las ilusionaba y decía que era lo mejor que me había pasado, pero lo que no sabían era que mentía. Todo por unos simples besos.

Yo pensaba que era el que siempre se salía con la suya, que siempre conseguía aquella chica que quería, que se besaba con quién quisiera, con quien era novio de quien me diera la gana.

Hasta que un día la conocí.

Ella... esa chica que de solo verla sentía el corazón en mi garganta, sentía como si fuera la única chica en el mundo.

Y como una estrella fugaz, corrí... fui tras ella, tenia que saber su nombre en que aula estaba, cuales eran sus amigas simplemente quería saber todo sobre ella.

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Y así fue...

-Melissa... Maravilloso nombre para tan hermosa chica- dije un poco nervioso.

Una hermosa chica de tez blanca, pelo negro y largo, dentadura blanca como nieve, esos ojos, color marrón café, solo bondad, dulzura y amor veía en ella.

(***)

Nunca me había sentido así, estaba nervioso... Ese cosquilleo que pasaba por mi cuerpo, nunca me había estado así antes.

-¿Tienes familiares?- le pregunté estando un poco sudoroso.

Menuda pregunta le hice, estaba en shock, no sabia que hacer o decir, fue la primera vez que me sentía así, estaba inseguro conmigo mismo.

-Si- me respondió -Vivo con mi madre, mi abuela y mi hermanita- espetó para concluir.

-¿Te gustaría caminar?- le pregunté un poco inseguro.

-Sería un placer- respondió ella con voz dulce.

Caminamos... No muy lejos vimos un banco donde nos sentamos.

-¿Por que estas tan callado de repente?- preguntó con cara de preocupación.

-¡Háblame de ti!- le dije con desesperación para evadir su pregunta.

Y así fue, me habló de como era en su colegio anterior, como son sus amigos, como eran sus profesores, me dijo mucho sobre ella.

Todo era increíble, el aire acariciaba su cabello, su maravillosa y dulce voz me hipnotizaba, me perdía en ella cada vez que me veía esos hermosos ojos color café.

"Tiene que ser mía".

Ella & Yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora