Mente siniestra -(suspenso y terror)-

Capitulo VIII

••••••••••••••Tarde••••••••••••

Iba con sus amig@s caminando, por el centro comercial, como cualquier típico de amigos, pero un letrero les llamó la atención ¿quieres saber tu futuro? Yo te lo diré ( leeré tu mano)

— ¿Quieres saber tu futuro April? —preguntó Melanie, una de sus amigas.
— Si, vamos. —dijo Judith, su otra amiga.
— No lo sé, chicas, no me gusta ese tipo de cosas. —dijo April negándose a eso.
— Vamos April. —dijeron al unísono sus amigas.
— Si, amor, vamos. —dijo Jacod, su novio.— Quizá nos casemos y no lo sabemos. —
— Esta bien. —contesto ella dudosa.

Entraron todos a aquella tienda de "brujería". Melanie paso primero, a ver su futuro, parece ser bueno, después Judith y Jacod. April no quería pasar, tenía miedo de saber de ella y más a delante. Pero sus amigos la convencieron.

— Vamos April, tu turno. —dijo Judith.
— No, yo no. —dijo ella retrocediendo.
— Pasa. —dijo Melanie.
— No, enserio chicas. No me gusta esto. —se negó aquella.
— Jacod, convence a tu novia. —pidió Judith.
— Vamos amor, no pasará nada. Estaré contigo. —
— De acuerdo. —

Ella pasa, con la vieja que lee el futuro, le entrega su mano.

— Aummmm! Aummmm! —medita aquella.
— ¿Qué ve? —pregunta April, mientras la señora tenía cerrado los ojos, de pronto, los abre rápido.— ¿Qué es? ¿Qué vio? ¿Qué paso? —interroga April, al ver la expresión de aquella mujer.
— Estas maldita, eres herencia del demonio. —dijo la señora elevando la voz.
— ¿Qué? —preguntó Jacod.
— Esta dentro de ti. Eres tu. ¡Bruja! —gritaba aquella mujer.
— Esta loca. Vámonos, vámonos. —dijo Judith.
— Usted esta loca. —grito Melanie. Todos salieron de ahí. Antes de que saliera Jacod, aquella vieja lo tomo del brazo.
— Esta dentro de ella. Ella matara. Esta poseída. Mátenla. Si no será demasiado tarde. —dijo
— Esta loca. —dijo y aquel se alejó.

(...)

— ¿Estas bien? —preguntó Jacod a April. Ella asintió.
— ¿Estas bien? —preguntaron sus
amigas.
— Si, estoy bien. —
— Eso me dio miedo, ¿a ustedes no? —preguntó Melanie
— Si, que miedo. —