Luz

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Cansada de todo a mi alrededor, de todo las personas que confié y me decepcionaron, de las cosas negativas que tengo que vivir día a día, de todas las chicas que creí que eran mis amigas, de la infelicidad que vivo, de la soledad de mi departamento, del trabajo que me imponen todo el tiempo.

La Familia que supuse tener, me abandono a mi suerte. Sacrifique todas las mañanas y tardes trabajando y en la noche seguía con mis estudios. Llegaba como indigente que buscaba un poco de paz en los sueños que en algún momento tuvieron que acabarse.

Aparecía el sol, y mi sombría rutina empezaba.

¿Por qué todo lo que viví en el pasado me sigue atormentando? ¿Se acabara algún día?

La felicidad nunca lo encontré y no creó poder encontrarlo. Todos los días soportaba, con envidia a las personas que siempre demostraban una sonrisa en su rostro. ¿Por qué sonríen? Por que yo no lo puedo hacer, me pesa tanto los labios que eventualmente soy seria.

Mis tonos nunca salieron de forma dulce, sino de una forma densa, la mayoría de las personas nunca supieron el motivo de mi forma de ser.

¿Por qué me levanto todos los malditos días?

Para sentir como me pisotea la Vida, la cual me pone a prueba todo el tiempo. Aquella que me hace caer de maneras tan dolorosa y para mi es difícil levantarme. Aunque la verdad desearía dormir y no despertar jamás. En mi imaginación soy feliz, soy dichosa y bendecida por lo que he obtenido. Pero la realidad es otra; no tengo a nadie a quien abrazar y nadie quien me enseñe a querer.

La gotas de la lluvia resbalaba por mis mejillas y con ello mis lagrimas eran mescladas, chocaban con el piso ocasionando pequeños sonidos, que para mi eran gritos de desconsuelo. Deseaba gritar tan fuerte, ocasionando que esto nunca hubiera pasado. ¿Por qué me dejaron, Padres? ¿Por qué no entra la Alegría en mi Vida? ¿Cómo la encuentro?

Desperdicie tiempo, desperdicie lágrimas, desperdicie suplicio por tener lo que tengo, desperdicie al llamado del Amor.

El frio hacía temblar mi cuerpo, pero eso no importaba. El dolor físico, no era comparado con lo interno. Lloraba y lloraba eso reflejaba mi vulnerabilidad con el Mundo de mi alrededor. Creía superar todo lo puesto en mi camino, pero no es así. Cada vez me estoy dando por vencida, y hoy era el día que sacrificaba mi último intento. Ceder ante la muerte, y retener a la Vida. Una me hace desaparecer de la pesadilla que miró todos los días. O la segunda, que impone mis tratos y propuestas de alguna u otra forma. No pienso que la vida es única. ¿Aprovecharla? Desde hace mucho tiempo perdió el verdadero sentido del valor de mi propia vida.

La soledad y la melancolía de todos los días me están destruyendo, como si fuera un papel chispas de fuego. Yo, esa palabra de mi misma dejó de estar presente. No siento lo que otros sientes, no escucho lo que otros escucho, no miro lo que otros miran. Solo soy yo. Siento, escucho y miro de manera diferente. Un mundo a blanco y negro. Un camino que solo encuentro piedras y no flores, que no transmite calidez sino una tempestad de frío.

No es igual a lo que imagine de pequeña, una familia, amigos con los cuales reír, un... un novio con quien mi corazón se acelere de manera frenética. Nunca encontré esos placeres ni los pequeños detalles de, Un buen día, Como te encuentras, ni una sola palabra de cariño.

Es lamentoso llegar hasta donde yo estoy, no es cuento de hadas, ni con un príncipe azul que te rescata, fantasía de un pensamiento olvidado hace muchos años. La vida no es un libro, con el que sabes tu destino, son las sorpresas y los descubrimientos de todos los días. Unos fallan y otros triunfan.

Mis zapatos oscurecidos por el contacto con el agua. La ropa me pesa o puede que la conciencia me este regañando por lo inmadura que estoy siendo. Duros y profundos dolores son los que desgarraron mi interior. Mi personalidad cambio cuando el destino comenzó con sus maniobras repentinas. No me encontraba pendiente de todo lo que ocurría a mí alrededor, pero su mal jugada cayó mal, truncando toda la felicidad de esos últimos momentos. Mi familia, simplemente desapareció como la pólvora en el aire. ¿Motivos? Nunca supe la razón de su inesperada huida. Ese fue mi primer roce con la tristeza.

Deseaba gritar y desahogarme todo lo que tenía guardado, la lluvia, la única compañera que experimentaba su calidez caer sobre mi cuerpo, aunque mis manos estén heladas, y mi rostro se encuentre con muestras de frio. Yo trataba desaparecer. Mis brazos se soltaron y yo acelere el pasó con cada gota que caía a las veredas, cerré mis ojos y suplique volver al mundo real, al que tanto anhelaba tener.

Solo por una vez quisiera ver la Luz y olvidar todo el sufrimiento que está en mi corazón.

.

.

.

-Cariño.

Escucho una voz que creo reconocer.

-No llores yo estoy contigo, abre los ojos mi cielo.

Sentí un calor en mi cuerpo, era un abrazo, olvide lo que era sentir uno. Tenía miedo que fuera una ilusión de mi mente. No quería que la imaginación me recompensara por lastima.

Solté su agarre.

-Hinata.

Su voz, la reconocía de inmediato, mi rostro se escondió en su pecho quien lo acogió abrazándome por la cintura, sus brazos rodearon a mis costados sintiéndome avergonzada. El aroma que desprendía me tranquilizaba, recuerdo tras recuerdo retornaron a mis pensamientos. No temía, ni tampoco me asustaba, pero algo fue el detonante que me ruborizara al extremo, me abrazaba con más fuerza como si dependiera de su vida. Con mi mano suelta acaricie su espalda.

-Naruto - susurre inconscientemente. Pero de algo estaba segura, ese simple nombre hizo que mi corazón volviera a latir - me haces cosquillas - una risa nació brotó de mi boca.

Sus labios se posaron en mi cuello donde lo besó suavemente, ocasionando una risa más amplia ya que sabía perfectamente mis puntos sensibles y los aprovechaba. Yo no me quede atrás, mi otra mano acarició su desnudo pecho donde sentí que se detuvo y soltando una carcajada se alejó hasta que nuestros ojos se encontraron.

-Amor - susurró - no me preocupes así.

Recordé.

-Solo fue un sueño. - con mis palabras logré tranquilizarlo, lo que me fascino ya que me regalo una sonrisa tan radiante que me encantaba.

No era un sueño, era mi lamentable realidad de hace años. Cuando no encontraba razones para vivir. Ese día en medio de la lluvia, aquel hombre que me está abrazando, era la persona que se cruzó por mi camino. No era la única que sufría, nos apoyamos tanto que creamos nuestra propia felicidad.

-Naruto te amo - mis palabras eran tan sinceras que toda oscuridad se esparcía en el aire, era una clase de sentimiento cálido y agradable.

Él beso mis labios - Sabes muy bien que te amo ¿verdad?

-Si

-Pero me agrada cuando tú me lo dices.

El pasado un recuerdo que debo olvidar, para vivir el presente a lado de la persona que encontré el más fuerte sentimiento, nuestro presente y futuro unidos por un solo camino

Lo abrase tan fuerte como mis brazos pudieron, encontrando la luz que tanto buscaba.

Dos personas descendientes del dolor, se reunieron por obra del destino en ese lugar. Donde surgió su propia felicidad juntos, aunque la vida te ponga retos no te des por vencido, recuerda que tú no eres el único el que está pasando por esa situación.

Tu felicidad la encontraras cuando menos lo esperes.

No te desilusiones si todavía no llega. Espérala y sabrás lo cual valiosa es.

Fin

Eres mi luz /NaruHina/ TerminadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora