KyungSoo se bloqueó unos segundos, esperen el dijo que envés de molestarme hubiera tomado mi mano. ¡Yisus Crist!. Eso era de otra era, no podía creer eso con tanta rapidez y asimilarlo tampoco. ¿Porqué él? Y sobre todo la pregunta principal ¿Porqué ahora?. Y es que KyungSoo no creía que la miel sobre barro supiera bien. Lo que quiero decir es que Kyung Soo aun no entendía la situación, o sea que del odio al amor hay un paso. ¿Es eso?, aun con la vista perdida y bloqueada sintió que sus dedos fueron liberados con suavidad, aquello provocó un ligero vacío en su estómago, ¿Que piñas era eso?.—No entiendo, JongIn. —Masculló suavemente, como si hablara encima de un diente de león, impidiendo que algún pétalo se desprendiera.
—Es que no hay nada que entender, es simple: me gustas desde el primer día de clases. Llámalo amor a primera vista o como quieras. Es todo. —JongIn y la fuente de seguridad que siempre desbordaba,se había ido de paseo después de la palabra me gustas, ahora era un chico nervioso y colorado. Aunque igual trató de mantener la calma para acabar lo que tenía pensado decir.
KyungSoo sonrió y disfrutó la vista pero luego sacudió su cabeza.
—No, lo... Lo que-que qui-quiero decir es ¿Porqué de tu comportamiento? Si te-te gustaba—Escuchó un me gustas, corrigiéndolo. —... Porqué siempre me molestabas, ¿Porqué?.
Era algo difícil de explicar para JongIn, aunque podría decirle como antes y quedar más rojo que un tomate. Conste que no tenia la culpa de eso, era la culpa de la edad y esas hormonas.
—Podría decirse, atención, hazme caso, etc. Quería atención, te lo repito, nada más. Y tú nunca decías o hacías nada. ¿Quieres más respuestas? —Ah, era eso. Se dijo KyungSoo mentalmente y sonrió de lado, poniéndose derecho en su silla.
—¿No dirás nada? —Volvió a hablar JongIn, quien tenia en su cara pintada la palabra desesperanza.
KyungSoo sacudió su cabeza de arriba a abajo pero luego de izquierda a derecha. Y JongIn con la cara de interrogación y desesperanza tomó por los lados, la cabeza del chico pálido.
Lo miró atentamente, directo a los ojos.
KyungSoo abrió sus ojos con sorpresa y nervios, sus labios formaron un corazón. JongIn acercó sus rostros y habló:—¿Vas a hablar y dejar de zamaquear tu cabeza como si fuera un plumero? —El ligeramente bronceado cuestionó al pelinegro, mientras su pulgar derecho se fue directo a su mejilla, tocando aquella cosa suave al tacto.
—S-si, voy a hablar... ¿M-me puedes...—El rubio entendió y lo soltó con delicadeza. Asintió y se recargó en el respaldar de la silla.
—Pues, ya te entendí. Eres un joven que necesita amor, ¿Verdad? Aquellos jóvenes inocentes que no tuvieron el amor ni cariño de sus padres. Es eso, ¿No? No te preocupes, yo te daré amor fraternal. Aun así, deseo unas disculpas. —KyungSoo miró fijamente a JongIn y éste levantó una ceja con burla.
—No se si siempre has sido así o te caíste de cabeza de pequeño —Murmuró entre dientes el moreno. Se giró, mirando al frente, prácticamente ignorándolo.
El pequeño de ojos grandes mordió su labio inferior e hizo una mueca, ¿Acaso eso no era lo que quería el otro? ¿Que otra cosa quería? Amor, si, amor fraternal verdad. Eso era lo que siempre había compartido, nunca ha tenido una pareja como para decir que su compañía de a lado necesitaba eso, aparte que no sabía cómo, estaba deambulando en un circulo sin saber cuando detenerse.
¿Qué era el amor? ¿Qué era enamorarse? ¿Gustar? Eso último había dicho JongIn y no podía definir exactamente aquel sentimiento.
Observó al muchacho de al lado con el rostro fruncido, seguro era molestia porque no había correspondido a sus sentimientos o eso creía.— Está bien JongIn venga, dame un besito —Murmuró KyungSoo.
— ¿Que? —Cuestionó un JongIn asombrado y conmocionado.
KyungSoo repitió lo que había dicho anteriormente en voz baja y se dio cuenta la metida de pata. Oh, oh. Se había dejado llevar por la situación y por sus labios ¿Cuan suaves deben ser?.
— Que-que que me des un... Quesito, si eso. Un quesito, ya sabes es... -Se detuvo al ver que el moreno sonreía divirtiéndose de las ideas de su compañero- es, nutritivo.
— ¿Si? Creo que escuché mal porque...
— ¿Porqué? —Suspiró nerviosamente el pelinegro al ver que su compañero se acercaba lentamente, su rostro rojo hacia juego con los tenis que usaba.
Pero así como se acercó, se alejó. Eso desconcertó al pelinegro y sintió un ligero vacío, hubiera deseado que él moreno no se alejara y quizás así robarle un beso.
¿¡Que pero que cosas dices, KyungSoo¡? Se golpeó la cabeza con su mano, haciendo que una mano detuviera los zarpazos.
— No hagas eso. —Murmuró un JongIn despreocupado y eso enojaba un poco a KyungSoo, ¿Acaso no le había dicho que le gustaba? Que rápido se le van los sentimientos por no darle el beso, pero no. Nadie dejaba con las ganas a un Do, porque si él otro había dicho algo como amor o algo así, era por algo y a él también le picaba la abeja de la curiosidad y no señor, no se iba a quedar así prácticamente echado a su suerte o en su silla.
Él silencio abarcaba el lugar y ninguno emitía sonido alguno.
JongIn no iba intentar algo más porque había quedado claro que su compañero no sentía nada por el y no iba a ir detrás como una foca, arrastrándose. Así que con toda la fuerza del mundo se puso a ver la pizarra inmaculada, escuchó el ruido de la silla de a lado siendo arrastrada. Estaba muy aburrido, de que valía quedarse a solas con alguien quien no quería de su presencia.
Sintió una mano jalarle el saco de su uniforme, observó la parte de su ropa siendo sujetada por una mano blanca y alzó la mirada haciendo contacto con los ojos del pelinegro, el cual parecía estar tramando algo pero no lo puso nervioso, o si?....
— Sólo quiero que acabe esto —Habló KyungSoo con sus labios esponjosos distrayendo a JongIn de la realidad.
Parpadeó unas veces, varias veces.
— ¿Acabar que? —Cuestionó JongIn cuando volvió a tierra.
— Esto. La sanción.
— Pero todavía nos que...
— Nos queda más de una hora. Deberíamos aprovechar este tiempo ¿No crees? —KyungSoo dejó el anzuelo y esperaba que JongIn lo atrapara, por dentro juntó sus manos pidiendo que lo haga aunque luego las separó porque sintió que estas quemaban. ¿eh?.
— Uhm, Creo... creo que si.
!Yes¡
— Yo necesito confirmar algo.
— ¿Que es ése algo?...
Y KyungSoo no resistió, jalando la corbata de su compañero hacia adelante hizo que sus rostros se acercaran y pronto, segundos, sus labios ya se habían adherido a los de JongIn y suspiró. Sus labios eran tan suaves y gruesos que quiso morderlos pero aun no era el momento, sintió que su compañero se había vuelto piedra, quizás se había arrepentido de sus palabras y lo empujaría pero antes que el pelinegro se separara, JongIn tomó sus mejillas y movió sus labios, haciendo que KyungSoo temblara ligeramente, eso quería decir que... Vaya, también sentía lo mismo, las hormigas recorrían su estómago y ése revoltijo de cosas cuando sientes que estas enamorado. Oh, diablos.
Si alguien le preguntara que es lo que más le gustaba de JongIn, el respondería sus labios.
Porque eran tan suaves.
— Tu, también me gustas. —Murmuró apenas se dieron unos segundos para recargar los pulmones.
— Pues tu ya lo sabes —Volviendo a juntar sus labios pero el rubio tomó las mejillas del chico murmuró una última vez.
— Son muy suaves y gruesos, me encantan tus labios... me encantas tu.
Aquellos labios se juntaron y mezclaron con dulzura y coquetería, ambos habían respondido sus preguntas internas. ¿Cuan suaves eran sus labios?
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How Soft Are Your Lips? (KaiSoo)]
RomanceOne shot in two parts KyungSoo está aburrido... JongIn está ansioso... Ambos tienen algo en común, están en detención. El aburrimiento y la ansiedad pueda que no congenien en un mismo lugar dependiendo como sobrelleve cada emoción en el cuerpo de c...