Danahe

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Y ahí estaba yo en la barra de la cocina, comiendo las últimas papas que me quedaban de la comida que ordené a domicilio mientras observo mi computadora para ver si de la nada me saldrá una idea para poder terminar mi trabajo y así finalmente poder disfrutar de mis vacaciones como se supone que debería estar haciendo.

Aún no puedo creer que haya dejado estos pequeños placeres por él, en fin, ahora que soy libre de nuevo no tengo a quién darle explicaciones sobre el porqué ordené comida. Aunque siendo honesta no me duele que haya terminado conmigo, lo que me causa más bien, es intriga del porqué lo hizo, digo, según yo no teníamos ningún tipo de problema, pero parece que estaba equivocada.

En eso estaba mientras escuché el timbre, así que me desperece y fui a abrir, en cuanto abrí la puerta Cathy saltó a mis brazos.

Cathy es mi mejor amiga de toda la vida y la única persona con la que e podido contar desde que decidí irme de mi casa. Honestamente nunca me hubiera esperado eso de mi parte, fue algo que decidí en un momento de independencia y aquí estoy, pero tampoco es como que la idea de ser independiente me hubiera desagradado.

-¿Cómo estás guapa? No me contestas las llamadas, ni los mensajes, ¡ni nada! Me tienes pero si con el alma en un hilo, ¿cómo se te ocurre hacerme eso?-

Mientras dice todo esto, Cathy me hace a un lado para poder pasar mientras busca comida con la mirada.

-Lo siento Cathy, ni siquiera sé dónde dejé el teléfono.

-No sé porqué no me sorprende.

-Yo tampoco lo sé, a estas alturas ya deberías de haberte acostumbrado- le dije esto último comiendo mi última papa y tirando el empaque a la basura.

-Ya déjalo Cathy, todos los hombres son unos cabrones.

-No todos, sólo los que escojo.

-No es tu culpa, es que te prometen ser diferentes y tu eres muy torpe y les crees, y no te das cuenta de que sólo quieren acostarse contigo.

-Gracias, eso sí que me hace sentir muy bien- le dije dedicándole una mueca de lado.

-No me agradezcas. sólo hago mi papel de mejor amiga.

-Si bueno, si no hubiera escuchado como das consejos a extraños que te llaman a la estación de radio, no creería nunca que a eso te dedicas, porque al menos conmigo eres pésima para eso.

Ella se limitó a sonreírme y a comerse lo que quedaba de mi helado de chocolate. Automáticamente me levanté y puse una de nuestras películas favoritas y ambas nos quedamos absortas hasta que el sonido de mi teléfono me sacó de mi embobamiento.

Número privado, dudé unos segundos antes de finalmente contestar.

-Si diga.

-Señorita Danahe, buenas tardes.

-¿Quién habla?- solté esta pregunta en un tono un poco más brusco de lo que hubiera querido, pero la señorita pareció no haberse percatado o simplemente decidió ignorarlo.

-Hablo de parte de Alexander Boissieu.

-Lo siento, pero no sé quién sea.

-Ah no se preocupe, él sabe quién es usted, estuvo revisando su currículum y creemos que usted tiene todo lo necesario para formar parte de nuestra empresa.

-¿Quién le proporcionó mi curriculum? ¿Y cómo se enteró de mi?- sabía que en mi universidad, una vez que acabábamos la carrera a los becarios nos conseguían un buen trabajo para que les paguemos lo que debemos pero no pensé que después de ponerme en un lugar de trabajo siguieran buscando otro.

-Eso no es importante señorita, sólo quiero decirle que si decide darnos una oportunidad tiene una entrevista de trabajo mañana a las 6 de la tarde en el café de nombre "La esquina". Espero que mañana pueda asistir. Me despido y que tenga un excelente día.

Y sin darme tiempo a decir nada más, colgó.

Cathy seguía viendo la película lo que me dio a entender que no se había dado cuenta de nada de lo que acababa de pasar a sólo unos centímetros de ella, me levanté del sillón y me dirigí hacia la cocina donde tomé un post-it y una pluma del cajón de la barra y anoté la cita junto con el nombre del café y entre signos de interrogación el nombre del misterioso jefe, ya me daría tiempo más tarde para investigar todo lo que pudiera sobre él.

-¡Danaaaaaaaaaaaa!

-¿Qué ocupas Cathy?

-¡Necesito más helado!

No tienes que gritarme, no es como si esto fuera una mansión- me acerqué al congelador y mientras pegaba el post-it en el pizarrón de "Cosas Importantes" abrí la puerta y saqué dos botes de nieve. Uno para Cathy y otro para mi.

Le hice señas para que volteara y en cuanto lo hizo le arrojé el bote con nieve, el cuál atrapó de una forma digna de una jugadora de fútbol americano.

Al voltear me quedé observando el post-it preguntándome quién sería ese señor y porqué estaba tan interesado en mi, claro que había tenido buenas notas pero siempre fue para poder mantener mi beca, y aunque creo que soy buena en lo que hago nunca me consideré la mejor en mi área como para que alguien se interesara de tal forma en mi. En esto estaba cuando noté por el rabillo del ojo que Cathy estaba intentando llamar mi atención desesperadamente.

-¿Qué ocupas?

-Te buscan en la puerta.

-¿Quién es?

-No lo sé, sólo dijo que te buscaba, pero es muy guapo.

Caminé hacia la puerta y en el camino me calcé unas sandalias con forma de koala, adoraba esas sandalias, creo que es el último recuerdo que tengo de mi padre.

Quité los seguros de la puerta y la abrí de un tirón.

Mis ojos se abrieron como platos al ver al ser humano que estaba parado frente a mi.

El hombre más guapo que yo había visto en toda mi vida.

Es alto, y viste con un traje de color negro con una camisa color azul que hace que el color bronceado de su piel resalte de una forma casi perfecta, lleva un saco sin abotonar que le da un toque bastante sexy, pude ver como el pantalón se pegaba a su cuerpo dejándome ver el buen cuerpo que tiene. Cuando llegué a su cara vi que me estaba viendo con una sonrisa que dejaba al descubierto sus dientes tan blancos que parecían sacados de un comercial de pasta dental, así como unos ojos grandes y profundos de color negro al igual que su cabello, el cuál llevaba un poco despeinado y una barba con el tamaño perfecto que se veía bien cuidada y resaltaba bastante sus facciones.

-Alexander Boissieu.

Su voz me sacó del trance en el que había entrado y lentamente abrí mis labios mientras le daba tiempo a mi cerebro para que lograra formar una palabra.

-Danahe- le contesté estrechando su mano con la mía mientras pensaba que su voz era perfecta para el tipo de hombre que parece ser.

-Espero que no le importe, pero e decidido adelantar la entrevista de trabajo, ¿puedo pasar?.


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¡Hola chicos! Hasta aquí el primer capítulo, espero que les guste y me dejen sus comentarios.

Intentaré estar actualizando tan seguido como pueda pero ténganme paciencia que la carrera no me deja mucho tiempo como quisiera.

Espero les guste y estaré al pendiente de sus comentarios.

¡Gracias!

Empezando de cero__ EscribiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora