Risoterapia

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Lo enceguecía y apenas podía respirar. El tiempo seguía corriendo y la palabra eternidad rondaba en su cabeza. ¿Cuánto había pasado? No lo sabía, pero probablemente era mucho o tal vez nada. Esa sencilla palabra iluminada frente a él y el dolor de la angustia en su pecho era lo único que podía sentir y recordar. Las luces no eran tan brillantes y mucho menos atractivas, pero su significado lo estaba ahogando.

A pesar de ello... sonrió. Era lo único que podía hacer. Sonreír y esperar. Se lo debía.

Todo saldrá bien.




Llegaba tarde. Kyungsoo y Jongdae lo habían retenido más tiempo del necesario en la universidad con un trabajo que sinceramente no quería hacer. Les había insistido que tenía un compromiso, el cual ellos sabían perfectamente bien de que se trataba, pero como siempre, Kyungsoo sólo había rodado los ojos fastidiado y Jongdae empezaría con su sermón número mil acerca de que era un payaso, que ya no necesitaba aquello y que debería enfocarse en las cosas realmente importantes como la universidad. Palabras que ya no quería escuchar, pero que sin embargo sabía que tenía razón.

Chanyeol corrió con celeridad procurando no caer producto de sus torpes zancadas, y sólo unos pasos antes de llegar a su destino, frenó su carrera intentando controlar su respiración y fingir una marcha normal. Si lo descubrían ya no serían sólo sus amigos los que le dirían que no debía regresar.

Se miró por última vez en el reflejo de una ventana a un lado de la puerta, arregló un poco su flequillo castaño y ya estaba listo.

—Ni sudé —se dijo presumido con una gran sonrisa cubriendo su rostro.

Se adentró con sigilo a la habitación y ofreció una sonrisa de disculpa por su retraso a sus monitores mientras se dirigía a su lugar de siempre en el círculo. Sin embargo, cuando lo hizo pudo notar una cara nueva ocupándolo.

—¿Uhm? Yo no te conozco —el chico en la silla levantó la mirada hacia él sorprendido y recién en ese momento Chanyeol fue capaz de admirar su evidente belleza. Había sido como un gran golpe de calor estrellarse contra su estúpida cara.

Wow.

De inmediato, el alto sintió su cara arder y contuvo la respiración. El chico era sencillamente deslumbrante. Rasgos delicados, ojos pequeños y expresivos (aparentemente por su tonta declaración), cabello castaño tan claro que parecía rubio, y labios ligeramente delgados y algo pálidos. Chanyeol pensó que con un poco de maquillaje sería mucho más linda que cualquier chica que haya conocido.
Cuando estaba por aventurarse a deslizar sus ojos a través del cuerpo de la nueva maravilla que había descubierto, fue lastimosamente interrumpido.

—Chanyeol-sshi nos harías el favor de sentarte —ordenó con amabilidad la monitora del otro lado del salón—. Ya tendremos tiempo de conocerlo. Ya sabes cómo funciona esto —le sonrió.

El aludido giró su cabeza hacia ella y le asintió en señal de entendimiento todavía aturdido. Con absoluta ausencia de gracia, Chanyeol retrocedió unos pasos hasta dar con una silla dos puestos más allá del chico, pero lo único que consiguió fue enredar sus enormes pies con las patas de la silla y por poco caer de cara al suelo, si no fuera por una desesperada maniobra que tuvo que hacer. Las risas no se dejaron esperar, destacando por sobre todas la del chico nuevo. Se le antojo exageradamente ruidosa, mas extrañamente pensaba que no le molestaría escucharla por el resto de la tarde.

Risoterapia » ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora