Epílogo

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Chanyeol observaba con nostalgia aquellas escasas fotos que tenía con Baekhyun en ese viejo computador de escritorio. Las pasaba una a una, y admitió muy convencido que ese castaño casi rubio le sentaba muy bien al mayor. Pensó en que tal vez debió aprovechar mejor aquel tiempo y tomar algunas más para recordarlo de esa manera. Chasqueó la lengua frustrado. Quizás más tarde le preguntaría a la señora Byun si tenía algunas que le pudiera obsequiar.

Estiró sus brazos y piernas con pesadez, aún sentado donde se encontraba y observó su mochila en el suelo llena de libros esperando por ser estudiados. Puchereó berrinchudo; estaba agotado de sólo pensarlo. Después de lo sucedido con Baekhyun, se replanteó su vida con seriedad y se dio cuenta que no podía seguir estudiando medicina. La responsabilidad era mucha para que su vano ser pudiera resistirla, y la incertidumbre terminaría matándolo antes que a su paciente. Lo sopesó mucho tiempo, no sin llantos y frustración incluidos, y su indecisión estuvo marcada principalmente por si cambiarse a tecnología médica o enfermería. Finalmente eligió esta última. Seguiría estando al 100% al servicio de la comunidad, inclusive más comprometido que antes, pero con menos responsabilidades. Ideal. Y a pesar, de que sus estudios anteriores le ayudaron mucho para no retrasarse más en sus estudios, aún tenía mucho por lo que ponerse al día. Estos meses no habían sido suficientes para que estuviera totalmente a la par con la clase. He allí el porqué de tantos libros.

Suspiró. Lo haría más tarde.

Cuando tenía pensado levantarse e ir por algo de comer abajo, sintió unas manos posarse en sus ojos sorpresivamente. Sonrió y pellizco una de esas manos con diversión.

Auch, sólo tenías que adivinar, no maltratarme... yoda —se quejó Baekhyun, quitando sus manos rápidamente, y sacudiéndolas como si realmente doliera.

Sigue siendo la reina del drama.

Chanyeol soltó una risita traviesa, mientras el mayor lo volteaba en la silla giratoria sobre la cual se encontraba, para sentarse sobre sus piernas con su típica actitud consentida.

—Estamos en tu casa, tu juego es algo obvio, ¿no crees? —respondió risueño picando las costillas del chico sobre él con sus huesudos dedos, provocando que éste se retuerza como pez fuera del agua.

—¡Ya basta grandulón! —espetó alejando esas insistentes manos de él de un manotazo, para volver su atención al computador frente a ellos—. ¿Arreglaste esta chatarra?

Chanyeol asintió fervientemente con orgullo.

—Sí, sólo tenías un virus menor —le aclaró—. Deberías dejar el porno, eh —le dijo en tono acusador, a lo que el otro sólo se giró hacia él y le dedicó una sonrisa ladina.

Oh, le gustaba lo que venía.

—Tú deberías hacer algo al respecto entonces, ¿no?

Y justo en el momento que iban a acortar la distancia que los separaba, la puerta de la habitación se abrió de un sopetón tomándolos por sorpresa. Baekhyun refunfuñó en silencio mientras que Chanyeol casi se orina en los pantalones por el susto.

—¡Baekhyun-hyung! ¡Chanyeol-hyung! —bramó Jongin a modo de saludo cuando entraba con alegría contagiosa al cuarto. Estaba demasiado sonriente.

Baekhyun se salió de las piernas de Chanyeol de mala gana, y este último observó con curiosidad las manos del moreno que traían una bolsa de palomitas de maíz y un bote de nachos con queso, ambos prácticamente sin tocar. El menor se percató de esa mirada indagatoria, y agregó:

Risoterapia » ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora